Lance Armstrong y su sofisticado programa de dopaje

Travis Tygart, director de la Agencia Estadunidense Antidopaje (USADA), dio a conocer que el ex pedalista estadunidense Lance Armstrong fue protagonista del sistema de consumo de sustancias prohibidas más sofisticado del que se tenga noticia.

La agencia hizo público un documento de más de mil páginas que lleva el nombre de Decisión Fundamentada, en el que reúne pruebas documentales y de laboratorio, además de 26 testimonios, incluidos los de 15 ciclistas.

Una vez recibido el documento con las inculpaciones, la UCI dispone de 21 días para pronunciar su sentencia sobre el texano.

Muestra más allá de cualquier duda que el equipo US Postal llevó a cabo el más sofisticado, profesionalizado y exitoso programa de dopaje en la historia del deporte.

Armstrong ganó siete títulos en el Tour de Francia, como líder del equipo estadunidense entre 1999 y 2005.

Tygart asegura que el texto elaborado por su agencia y que se hizo público en Internet prueba el uso, posesión y distribución de drogas que mejoran el rendimiento por parte de Armstrong y confirma la decepcionante realidad sobre las engañosas actividades de un equipo que recibió decenas de millones de dólares de contribuyentes estadunidenses.

Entre los corredores que colaboraron: Frankie Andreu, Michael Barry, Tom Danielson, Tyler Hamilton, George Hincapie, Floyd Landis, Levi Leipheimer, Stephen Swart, Christian Vande Velde, Jonathan Vaughters y David Zabriskie.

Se requirió mucho coraje de estos corredores para dar un paso adelante y hablar abiertamente. No es fácil admitir nuestros errores y aceptar el castigo. Armstrong tuvo la misma oportunidad de hablar y ser parte de la solución. Se negó, indicó el dirigente.

Armstrong, quien nunca dio positivo durante su carrera deportiva y siempre ha negado haberse dopado, decidió no defenderse de los cargos presentados por la USADA. Su abogado Tim Herman se refirió hoy a la información de Trygart en una primera reacción como una “dura crítica unilateral y no confirmada”.

¿Le crees a Armstrong?