Las cosas que cambiarían en una Escocia independiente

El surgimiento de un nuevo país, en pleno siglo XXI y dentro de la Unión Europea, es una tarea compleja. En el caso de Escocia, son muchos los asuntos que hay que dilucidar. Desde la pertenencia a la UE hasta la moneda, la deuda, los recursos naturales o la forma de Gobierno.

Incluso si Escocia dice “no” a la independencia habrá cambios. Sus poderes se verían reforzados, según se han comprometido los principales líderes británicos, comenzando por David Cameron, el primer ministro, y el líder de la oposición, Ed Miliband.

Si Escocia vota “sí”, el divorcio sería “muy doloroso”, según Cameron. La propia posición del primer ministro, que afronta unas elecciones en unos meses donde las encuestas le auguran un gran resultado, podría verse perjudicada. Sería señalado como el responsable de la primera ruptura de la unión en siglos y podría verse forzado a dimitir.

Te ofrecemos una lista de siete aspectos clave que cambiarían en una Escocia independiente:

Un nuevo país, una nueva capital

Es uno de los principales argumentos de la campaña por el sí: otorgar al pueblo de Escocia la soberanía imprescindible para que las decisiones no se tomen en Westminster, el distrito londinense a la orilla del Támesis donde se deciden las cuestiones más trascendentes del Reino Unido.

Según la campaña por el “sí”, la independencia no es “un fin en sí mismo”, sino un método para que Escocia prospere.

La capital sería Edimburgo, de cerca de 480.000 habitantes. En la imagen, el Castillo de Edimburgo, con la bandera británica izada.

La pertenencia a la UE, pendiente de un hilo

Un país que se independiza de otro perteneciente a la UE deja de estar en la UE. Hasta ahí, la teoría. Es lo que defiende la Comisión Europea y los países de los 28, tanto como para Escocia como para Cataluña. Pero ambos territorios son ahora parte de la UE y los partidos nacionalistas aseguran que todo dependerá de la negociación posterior a la independencia.

Hasta ahora, las declaraciones de José Manuel Durao Barroso (presidente de la Comisión, en la foto), como Herman van Rompuy (Consejo Europeo) anuncian un viacrucis para la la vuelta a la UE tras la independencia, algo que siempre puede ser vetado por alguno de los países.

Sin embargo, el SNP, el Partido Nacional de Escocia, liderado por Alex Salmond, confía en una pronta negociación de adhesión una vez los escoceses digan “sí quiero” a la independencia.

La libra como moneda, pero sin soberanía monetaria 

Aunque el SNP, el Partido Nacional de Escocia, coqueteó con el euro en el pasado, Alex Salmond ha asegurado que la moneda de la Escocia independiente será la libra esterlina.

He aquí el problema. Si el Banco de Inglaterra es el que fija la política económica y Escocia se independiza… ¿qué margen tendrá Edimburgo para presionar por decisiones que le convenga?

El movimiento Better Together (Mejor Juntos), que abandera el “no” en el referéndum, alerta incluso de que “la única manera de garantizar que mantener la libra británica es ser parte del Reino Unido”. Una Escocia independiente podría no acceder a la divisa. Y, en caso de que lo haga, podría sufrir problemas similares a los de países del sur del euro: comparten moneda con Alemania, pero en el BCE quien más influye es Berlín.

Si el Reino Unido expulsa a Escocia de la libra, Edimburgo podría adoptarla unilateralmente como moneda oficial o incluso crear su propia divisa. En cualquier caso, sería una operación arriesgada que podría poner en peligro las finanzas del país.

Escocia controlará su petróleo y su gas 

Es uno de los ejes de la campaña de los independentistas. ¿Pudiendo ser Noruega, por qué ser una provincia de la unión británica?

Alex Salmond defiende que los recursos naturales de Escocia, en particular los energéticos, estarían mejor gestionados desde Edimburgo. El petróleo escocés está en el mar del Norte, y la campaña por el “sí” calcula que un 90% de los recursos quedarían bajo control del nuevo país, aunque los beneficios de los hidrocarburos podrían estar muy disputados por Londres.

Según Salmond, los beneficios podrían llegar a las 300.000 libras por escocés. Mientras Escocia calcula en 24.000 millones de barriles el petróleo que queda por extraer, los partidarios del no rebajan la cifra hasta los 15.000. Con los beneficios, una hipotética Escocia independiente podría crear un fondo soberano como el que tiene Noruega y otros países y que serviría como colchón y complemento a la economía.

Un país libre de armas nucleares 

Hay cuatro submarinos británicos, conocidos con el nombre de Trident, en aguas escocesas. Contienen armas nucleares que son vistas por el Gobierno de Edimburgo como un riesgo.

Los partidarios de la independencia quieren que se vayan en como mucho cinco años desde que Escocia sea independiente.

Como todo, dependerá de las negociaciones posteriores a un hipotético “sí” en el referéndum y Londres probablemente presionará para mantener en la zona sus posiciones militares durante mucho más que cinco años.

En la imagen, un submarino nuclear en Faslane (Escocia).

Reina de un país más

Sí. Ella seguirá allí. Veraneando hasta bien entrado septiembre en Balmoral (Escocia), en el castillo que la reina Victoria describió como “mi amado paraíso en las Highlands”.

Ni los independentistas tienen previsto dar paso a una república ni a una nueva dinastía. Y ella no se va a ningún sitio. La Reina de Inglaterra sería también la Reina de una nueva Escocia independiente

 

Fuente: Huffington Post