Las nuevas oficinas de Twitter y un poco de su historia

Twitter actualmente es de las empresas más importantes de la red porque, básicamente, creó una nueva forma de comunicación y semejante compañía debe tener una oficina que esté a su nivel. Hace poco tiempo se mudaron hoy ya se pueden ver terminadas.

Sus oficinas se encuentran en el número 539 de Bryant Street, en un barrio de artistas y negocios de tecnología. Ocupan el cuarto piso de un edificio de lofts y sólo trabajan allí una treintena de empleados.

Al mejor estilo Google, en Twitter hay lugares para relajarse, para hacer de DJ, una cocina gigantesca con prácticamente cualquier cosa que necesites y muchísimos pajaritos dando vueltas por los decorados.

A pesar de que interesan a gigantes como Google o Microsoft , el éxito no los cambia. Twitter es la red social que más ha crecido en el último año, casi un 1400% , pero apenas pasó de 10 a 30 empleados desde que fue creada.

Tan sólo cuatro personas atienden las preguntas de los 5 millones de visitantes que obtuvieron sólo durante el último mes de febrero.

En el loft de los treintañeros Biz Stone, Evan Williams y Jack Dorsey casi todos los trabajadores están en la sobremesa. Charlan relajados, muy al estilo California.

En 2006, Stone y Williams imaginaron un servicio de mensajes de texto que pudieran ser recibidos por múltiples usuarios. Al poco tiempo añadieron una función para responder a la pregunta “¿qué estás haciendo?”. Acababa de nacer Twitter.

Tres años después, su ocurrencia ha evolucionado desde el escepticismo a la consolidación como un nuevo medio de difundir, recomendar y encontrar información.

Twitter es capaz de convertirse en lo que deseen sus usuarios. Si quieres promocionar un producto o difundir mensajes internos dentro de una empresa, Twitter te sirve.

Si deseas compartir la última actualización de tu página web, convertirlo en un servicio de atención al cliente o utilizarlo para resolver una duda práctica con la esperanza de que un internauta solidario te resuelva el problema, también te sirve.

Incluso si eres Demi Moore y quieres consolidar tu red de fans, o eres Lance Armstrong y te acaban de robar la bici puede ser práctico. De hecho, la décima parte de los internautas norteamericanos ya le ha encontrado utilidad al servicio de microblogging.

Puede que muchas de estas funciones no estuvieran en la imaginación de Stone ni Williams cuando comenzaron. Su producto pertenecía a la compañía de podcasts Odeo como un proyecto aparte.

Allí Stone le puso el nombre que le ha dado la fama: Twitter. Los sonidos de los móviles al recibir un mensaje de texto le recuerdan al ruido que hacen los pájaros y tweet significa precisamente eso en inglés: el sonido de las aves. Pronto compraron el invento a Odeo y crearon una empresa para sostenerlo, Obvious. Dorsey se incorporó y añadió las funciones para mensajes instantáneos y por email. En marzo de 2006 los tres se separan de Obvious y crean Twitter Incorporated. En agosto llegaría el lanzamiento oficial.

 

El equipo del momento comparte un mismo espacio de trabajo. Los cerebros trabajan en sus iMacs de última generación. Pero este juego les ha llevado muy lejos. Hasta les surgen compañías que anuncian falsos acuerdos con ellos, como la británica Twitter Partners , que prometía mejorar la reputación de las empresas con cuentas en Twitter. Stone tuvo que desmentirlo en su blog oficial. ¿Una locura? Sí, pero es que Twitter nació sin un modelo de negocio. Como en tantas otras empresas de tecnología, primero se lanza una idea y después, si funciona, ya se verá la forma de sacarle dinero.

Twitter es ya una red madura: los jóvenes que se registraron allá por 2006 han dado paso a adultos de entre 45 y 54 años (el 36% de sus usuarios). Search.twitter.com es una mina sin explotar que permite seguir noticias en directo tal y como las narran los usuarios, algo que ya aprovechan algunos medios online para retransmitir eventos. Si Twitter empieza publicar anuncios en función de la búsqueda que haga el usuario, las posibilidades son interminables. Y podría parecer que las posibilidades de negocio también… pero los dueños de Twitter se mantienen en silencio.

Google podría ser el comprador perfecto que consiguiera encajar este servicio de búsqueda con la obtención de beneficios. Y no sería la primera vez. En 2003, Williams vendió el servicio de blogs gratuitos Blogger –él mismo acuñó ese término que ahora usamos todos— al gigante de internet. Al cabo de un año abandonó. Google ya adquirió dos sistemas de mensajes instantáneos, Dodgeball, que acabó cerrando y Jaiku, que hace ya tiempo que dejó de ser un rival.

Así que de momento, la empresa con el futuro más prometedor de la red sigue sin producir dinero, aunque otros a su alrededor sí lo han logrado, como CoTweet, que trabaja con Microsoft. Google vende anuncios basándose en los últimos cinco mensajes publicados por una empresa determinada. Pero de momento Twitter gana tantos dólares por estas actividades como datos ha dado sobre sus planes. Ninguno.

Quizá Twitter esté tanteando la venta al completo de la compañía —los últimos rumores hablaban de una oferta de Google por 250 millones de dólares— o tal vez la opción sea combinar su exitosa búsqueda con la maquinaria que Google ya ha consolidado.

Pero a pesar de todo este ruido, la sede de Twitter parece cerrada herméticamente al mundo exterior. Los empleados continúan con su sobremesa, y sólo Stone levanta la cabeza de la computadora para sorprenderse de que una infiltrada ajena a su empresa se pasee por su loft haciendo fotos.

Y no es que estén acostumbrados a la cobertura mediática: Twitter está en las noticias, pero ninguna agencia ha publicado imágenes de sus instalaciones. A

yer, un pequeño vídeo de sus oficinas era noticia en el Silicon Alley Insider. Como si la empresa quisiera guardar el secreto de unos beneficios millonarios, su sede se mantiene en silencio y los empleados mantienen la sonrisa frente a sus Macs.

Fuente: LaNación.com