Cada año, pastores, diablos, ángeles, la Virgen María, San José, el Niño Jesús y en ocasiones algunos otros personajes forman parte de las llamadas pastorelas, espectáculos escénicos que se representan cada diciembre y cuya tradición en México data desde la época del Virreinato.
La palabra pastorela proviene del francés pastourelle (joven pastora) y fue tomada para referirse al arte teatral que los misioneros españoles usaron para evangelizar al pueblo indígena. Mediante historias sencillas introdujeron el elemento pastoril para hacerlas más atractivas y que a la vez evocarán las representaciones que los mismos nativos utilizaban para adorar a sus dioses.
La primera de estas obras reconocida como tal fue la Adoración de los Reyes Magos, de fray Andrés de Olmos alrededor de 1550 y que fue escrita en náhuatl. Hacia 1530 fray Juan de Zumárraga, primer obispo de la Nueva España, expidió la ordenanza de escenificar la Farsa de la Natividad Gozosa de Nuestro Salvador, con el fin de inculcar la fe católica a los indígenas.
A partir de estas 2 puestas la costumbre se fue extendiendo a través de las órdenes religiosas y más tarde, los autores laicos las adaptaron para alejarse de los contenidos puramente religiosos y darles un carácter más popular que reflejara costumbres y formas de vida de las clases sociales.
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta9 recomienda algunos de estos espectáculos como Císcale, Císcale Diablo Panzón en el Teatro Coyoacán, El Portal de Nopaltepec en la Capilla de la Emperatriz del Palacio Nacional y Pastorela Barroca en el Museo Nacional de las Intervenciones. Para más detalles sobre cada una de estas pastorelas y otras opciones de teatro sobre temáticas navideñas consulte: El Conaculta invita a no perderse las obras que mantienen esta tradición vigente, puede consultar mexicoescultura.com
Fuente. Conaculta
