Las relaciones públicas también sirven en la cama

No hay mejor publicidad que aquella de boca en boca; y esta vez es literal.

Cuando tienes un buen desempeño en en el sexo, lo más seguro es que te lluevan propuestas. La gente habla y sobre todo las mujeres. Si se tratara de armar un plan maquiavélico, o la trama para una película; diría que puedes empezar con una persona que no tenga mucho éxito en cuestión de citas (o sea que no se haya acostado con mucha gente) y convencerla de que ésa ha sido la mejor experiencia sexual de su vida. Lo demás llegará solo, con un poco de constancia. Pero las relaciones públicas también sirven para cosas más inofensivas.

Cuando estás es una relación formal y no quieres propuestas indecorosas en la oficina, tus compañeros te pueden ayudar. Si logras dejar bien claro a tu círculo de amigos en el trabajo que estás feliz con tu pareja, ellos mismos se encargarán de alejarte a los pretendientes indeseables. Sobre todo cuando lo más conveniente no es portarse cortante con los colegas. Para mayores referencias, acá hay un link de lo que me parece pertinente en cuanto a abordar proposiciones indecorosas.

Si haces que otras personas difundan el mensaje que quieres transmitir de ti mismo, ya ganaste. Hay que perfeccionar la técnica, o de plano hablarle de frente a los demás y pedirles por favor que hablen bien de ti o que, si les preguntan por tu estado civil, contesten: “ni lo intentes”.
Te ahorras problemas y desgaste emocional o, como en el ejemplo del principio, ganas horas de sana diversión.