¡Feliz Navidad!
Hoy no todo es pavo, romeritos y regalos en el árbol. En algunos países la Navidad es una fiesta mucho más exótica.
Bélgica
En este país europeo no hay uno, sino dos Santa Claus: San Nicolás y Pere Noel. San Nicolás es el “malo”, llega desde el 4 de diciembre para verificar si los niños se han portado bien o mal. Para el 6 de diciembre, le pasa la lista completa a Pere Noel. Los niños buenos reciben regalos, y los niños malos reciben… ramas o bolsas de carbón.
Finlandia
La víspera de Navidad, las familias van al cementerio con velas y cantan canciones, para mostrar su respeto hacia los muertos. Como es natural en un país tan frío, ellos dicen que su Santa (Joulupukki) vive en el norte de Finlandia; él usa el medio de transporte que más le convenga de acuerdo con el clima: trineo tirado por renos, un equipo de perros, un auto, un avión, una moto de nieve e incluso un helicóptero. Es un Santa muuuuuuy práctico.
Estonia
Estonia dice que su Navidad (Joulud) no tiene conexión con la celebración cristiana; sin embargo, tienen adornos y costumbres muy parecidas. Una de las tradiciones más importantes es traer a casa auténtica “paja de Navidad”, que supuestamente simboliza el comedor, para que los niños jueguen en ella. Los dos días de Navidad son considerados sagrados, y los utilizan exclusivamente para predecir la fortuna, el clima del año entrante y las cosechas. Los espíritus de los ancestros llegan a visitar a los familiares, lo cual es menos extraño que otra tradición, la de ir todos juntos al sauna.
Latvia
Aquí llaman a Santa Claus Ziemmassve’tku veci’tis, o “Gran Zimmer”, quien trae regalos los 12 días de Navidad. En este país se honran de haber sido quienes “inventaron” el árbol de Navidad y, al igual que Estonia, esta no es considerada una festividad cristiana. En vez de eso, conmemoran el renacimiento de la ‘Doncella del Sol’, que jala el Sol a través del cielo en un carruaje con ruedas de fuego. La más vieja tradición es la llamada mímica. Los “mimos” se ponen máscaras de osos, caballos, cabras, y… un pajar.
Italia
Los padres italianos, preocupados por la naturaleza pagana del Santa Claus moderno, eliminaron la práctica de decirle a los niños que Santa les trae regalos en Navidad. En vez de eso, el Vaticano creó la figura de La Befana, una amable y vieja bruja.
Similar a Papá Noel en estilo, pero muy diferente en apariencia, la leyenda de La Befana es una de esas figuras floclóricas repartidoras de regalos vinculadas a las festividades navideñas típica de la tradición italiana.
Su nombre deriva de la Epifania a cuya celebración religiosa está unida, y tiene lugar en la víspera de esta fiesta cristiana.
