Le anotan gol mientras bebe agua

La surrealista jugada comenzó cuando el árbitro le anuló un gol al equipo local, por lo que el Ingolstadt puso el balón en juego entre las protestas de los jugadores; mientras que el portero holandés Mark Flekken jamás se dio cuenta de la situación y cuando se percató, el balón ya estaba en el fondo de las redes.

Flekken pasó de héroe a villano, pues justo antes del insólito tanto, había evitado el gol del empate al atajar un disparo desde los once pasos.

Al final, y para fortuna del arquero holandés, el Duisburgo se terminó llevando el encuentro 2-1 gracias a un gol de Borys Taschy al minuto 66, también desde el manchón penal.