Además del problema legal que tendrá que enfrentar en estos días por el presunto robo de un collar con valor de dos mil 500 dólares, Lindsay Lohan enfrenta otra demanda.
Esta vez se trata de un servicio de bronceado que contrató la actriz a Lorit Simon, propietario de la empresa con sede en Nevada, Tanning Vegas.
De acuerdo con este empresario, él ofreció dicho servicio a Lohan, e incluso se requirió de viajes interestatales porque ella necesitaba un cambio de color en su tono de piel, lo cual nunca fue pagado.
El monto a deber es de alrededor de 41 mil dólares, cantiad que Lohan se ha negado a liquidar. Por tal razón, Simon interpuso una demanda en la que además de exigir a la pelirroja a que pague lo que debe, tendrá que responder por los honorarios del abogado y otros intereses.
Mientras tanto, la actriz tendrá que esperar la resolución de la demanda por el robo del collar.