“Qué esperas para abrirlo? sigues a famosos y te contestan, está divertido” Me decía mi amigo Luis por el chat. “Es más, yo te lo abro y tu le pones la contraseña despúes”
Así me pasan siempre las cosas. Nunca sé de donde me caen, ni como llego a ellas. Para mi suerte, mi nombre se encontraba disponible.
“Ya estás, eres arrobaaliciaalarcon, se escribe sin acento eh?” me dijo emocionado. “Ya te sigo”.
Ante lo abstracto del nombre y de la afirmación de que ya me seguía (cosa que he escuchado muchísimas veces despúes) decidí entrar en ese momento.
Una página con muchos updates. “No es como facebook“. De hecho, no era como nada que se pareciera o que yo conociera antes. No entendí de entrada de qué se trataba. Como muchos de nosotros los tuiteros, cuando entré no sabía de qué se trataba este mundo abstracto, en donde un ReTweet (RT), un replay, un Follow Friday (recomendaciones de otros tuiteros para que te sigan) o un direct message (DM) hacen toda la diferencia entre que te vean o que seas anònimo.
Como era de esperarse al no entenderle bien, entraba solo de repente. Descubrí una comunidad de futbol americano, otra de chefs, otra de periodistas y así poco a poco, empecé a usarlo más. Y entonces, cayeron los “followers” (término necesario, aunque para mi es de lo más pretencioso), que se convirtieron en amigos de la vida real, en mi familia virtual y en las personas que me acompañan todos los días. Decidí compartir los textos de esta columna para tener retroalimentación, para sentir que no escribía monólogos en el desierto.
Descubrí las carcajadas a media noche, los halagos y chismes por DM, las tragedias nacionales en tiempo real, me he revolcado del coraje por el unfollow, mismos que he dado sin piedad para después arrepentirme, he bloqueado a gente nefasta y en general, me he divertido mucho y aprendido más.
He pasado como muchos, de la vida virtual a la vida real conociendo gente valiosa y otras no tanto. He puesto cara, voz y gesto a una foto. Mucha gente en mi entorno me pregunta que cómo me atrevo a conocer gente en persona que conocí por la red. Mi pregunta es: ¿Y porqué no? Como decimos en Twitter: Tuitero recomendado es Tuitero garantizado. No es de perdedores como me han dicho, no hubiera conocido mucha gente que para mi es valiosa y muy querida por mi si no hubiera sido por esto.
¿Qué nos hace buscar reconocimiento, réplica y ese sentido de comunidad en una red social?
¿Que nos hace definirnos a nosotros mismos como tuiteros, como si fuera un modo de vida?
Mucha de la gente en Twitter es adulto joven (claro que me incluyo). Muchos de nosotros hemos tenido que aprender un nuevo modo de relacionarnos, a tener cierto tipo de parámetros a seguir, de aprender nuevas reglas de educación. Las notas de agradecimiento de antes que enviabas por correo, ahora se escriben inmediatamente despúes de una reunión. La cortesía que se habia perdido en la vida real, aquí es una máxima de todos los días. Si alguien te menciona, contéstale por lo menos un “gracias”. Claro que no todo es miel, hay tuiteros que se marean subidos en su ladrillo y que solo se han hecho famosos en Twitter. Que por más que hayan hecho en la vida real, nunca habrían tenido ese reconocimiento si no se hubieran auto promocionado.
Antes, no hace mucho, iba a una reunión en donde estaban personas que no tuiteaban y era yo el objeto de burla. Ahora, me preguntan de qué se trata, cuántos me siguen, que pongo, si creo yo que es para ellos. Ahora que tengo la capacidad de explicarles a mi manera que podemos tranquilamente reclamarle a algún político (sin que les haga merma claro), platicar con un artista (que nunca contestan), codearse con los que son celebridades (como si valiera de algo) o conseguirte un par de trolls (gente que no tiene nada que hacer más que apoyar causas perdidas sin argumentos). Pero lo más importante es que entras al debate de ideas y te nutres de las que te sirven y lo que no sirve, se sigue de frente en el TL. Total, sólo el 29% de los tuits son leídos.
¿Y tu? ¿ya me sigues?
@aliciaalarcon