Una Reforma más aprobada por el Senado, esa es la noticia de hoy; tras un largo debate, la votación en el pleno se dio por 106 votos a favor, y con ello, se genera un cambio en las instituciones gubernamentales encargadas de representar los intereses de la sociedad de Mexicana.
La reforma supone cambios Constitucionales para atender a la demanda expresa de la población de hacer política de una manera diferente, rompiendo con esquemas que hoy en día no contribuyen lo suficiente al desarrollo nacional.
Dado que ha sido ampliamente criticada, conviene hacer un recuento de los alcances que supone y así contar con las herramientas necesarias para su análisis:
1. Establece la creación del Instituto Nacional Electoral (INE).
2. Los Institutos Electorales Locales adquieren el rango de Organismos Públicos, dependientes de la Nueva Institución.
3. El INE designará además a los consejeros electorales de los estados, con el fin de evitar la injerencia de gobernadores.
4. Establece nulidad de elección por rebase de tope de gastos.
5. Abre la posibilidad al Ejecutivo, de optar por un gobierno de coalición, que podría representar a una población más amplia.
6. Avala la autonomía de la PGR, a través de la creación de la Fiscalía General Nacional.
7. Prevé la reelección para alcaldes y diputados locales avalada por la Constitución, y no como decisión de Congresos locales.
8. El Ejecutivo también podrá remover al Fiscal General solamente por causas graves y el Senado podrá objetar dicha decisión.
9. Atendiendo a la petición de equilibrio entre los poderes de la Unión.
10. Establece la fiscalización durante las campañas.
11. Garantiza el acceso a espacios en radio y televisión para candidatos independientes.
La modificación de régimen político electoral que hasta ahora se ha mantenido en México, abre expectativas de modernización para México, modernización de sus instituciones y de sus prácticas, pero sobre todo, promueve un equilibrio de poder para la toma de decisiones, no debemos olvidar que esto marca la diferencia en un gobierno democrático.
Graciela González Campos/Analista
