Los hipopótamos de Pablo Escobar

Pablo Escobar, uno de los narcotraficantes más importantes de la historia, dejó un legado importante en su país natal, Colombia. No solamente se refiere a haber marcado la pauta para todos los capos del narcotráfico posteriores hasta el día de hoy; también le dejó a los colombianos una herencia de 30 hipopótamos que, por primera vez en miles de años, caminan libres en Sudamérica.

La historia es narrada por el director colombiano Antonio von Hildebrand, en el documental ‘Pablo’s hippos’ (‘Los hipopótamos de Pablo’).

Escobar tenía una gran pasión por los animales; incluso llegó a utilizar palomas mensajeras para comunicarse con sus sicarios. En la Hacienda Nápoles, el capo llegó a tener 2 mil 500 animales, que transportaba en un avión Hércules de su propiedad, que después fue llamado la “narco arca”.

La primera noche que llegaron los hipopótamos a la Hacienda Nápoles, el macho cobró su primera víctima: un camello.

Cuando murió Escobar, en 1993, la Hacienda fue saqueada y los animales murieron fueron robados o cocinados; pero la pareja original de hipopótamos tuvo una gran descendencia, y actualmente unos 20 de ellos viven en los alrededores de la propiedad, que hoy en día es del gobierno y funciona como parque de diversiones (de hecho, los hipopótamos se promocionan como una atracción turística).

Los hipopótamos son de los animales más peligrosos del mundo, aunque no lo parezca. Son agresivos, territoriales y responsables de más muertes en África que ningún otro animal. Un macho puede pesar cuatro toneladas, medir cinco metros de largo y alcanzar velocidades de hasta 30 kilómetros por hora.

Hace 3 años un macho y una hembra fueron expulsados de la manada, y viajaron 150 kilómetros a través del río, convirtiéndose en un verdadero problema: acaban con cultivos (comen 50 kilos de hierba al día), rompen cercas, matan ganado y atacan a campesinos y pescadores.

“Cuando el líder de la manada es viejo, llega otro y lo mata para tomar el liderazgo, como los narcos”, dice von Hildebrand. “Matan de inmediato a cualquiera que se les cruce en el camino, como los narcos. Son paranoicos, como los narcos. En Colombia no tenemos al elefante en el cuarto, es el hipopótamo en el cuarto. Y si lo sacamos nadie los va a querer. Estamos rodeados de hipopótamos, se están reproduciendo y tenemos que hacer algo al respecto”.

Fuente: El País