Los secuestradores de Cleveland tenían una vida apacible y sociable

Tras una década reaparecen tres mujeres dadas por muertas. Vivieron prisioneras de sus raptores, tres hermanos de origen puertorriqueño que al parecer retuvieron a las chicas en una casa de Cleveland cercana al lugar donde habían sido vistas por última vez.

Ariel Castro, un hombre de 52 años propietario de la vivienda donde estaban retenidas las mujeres, que fue arrestado junto a sus hermanos Pedro, de 54 años, y Onil, de 50, según informó la policía local.

Ariel, un chofer de autobuses aficionado a la música, que en las redes sociales presumía de su familia, y al que una de las mujeres secuestradas identificó en dos ocasiones en su llamada de auxilio como su secuestrador.

En una entrevista con un canal local, Julio Castro, tío de los detenidos, dijo estar sorprendido por las noticias y aseguró que la familia de una de las secuestradas, Gina DeJesus, era amiga de la suya.

“Todo el mundo lo consideraba una buena persona, un músico que tocaba el bajo, conductor de autobús (retirado), una bella persona. Es una vergüenza para la familia”, afirmó al referirse a Ariel.

“Tenía una gran máscara para esconder al monstruo (…)Quién sabe cuántos años estuvo planeando esto”
Juan Pérez, vecino de Cleveland

Varios conocidos coinciden al describir al segundo de los hermanos Castro como muy sociable y activo en el vecindario.

Uno de ellos, Juan Pérez, que asegura conocer a Ariel Castro desde que tenía cinco años, asegura que el conductor de autobuses escolares era muy amigable con los niños pero que también creaba vínculos con los padres.

“Si alguien hacía una barbacoa, Ariel aparecía. Si alguien estaba en el porche, se presentaba y comenzaba a charlar. Es supersociable”, asegura.

Los vecinos pensaban que la casa en la que encontraron a las chicas estaba desocupada.La llamada de Amanda Berry puso fin a tres secuestros de una década.

Los vecinos del barrio -muchos de ellos hispanos- se despertaron esta mañana incrédulos al conocer la noticia.

Aurora Martí, una mujer de 75 años que vive desde hace 27 años frente a la casa donde encontraron a las mujeres relató que Ariel Castro solía acercarse a su casa y en ocasiones se sentaba en el porche a charlar con ella. Otras veces, se llevaba a su nieta a dar un paseo con la bicicleta en un parque cercano.

De hecho, asegura que incluso cuando la policía rastreó el área para tratar de dar con el paradero de Amanda Berry, conversó con él de la desaparición de la joven.

Todo eso mientras supuestamente Castro tenía a Berry y a otras dos mujeres en la casa de enfrente.
La policía espera ahora a escuchar los testimonios de las tres mujeres y los tres hermanos para tratar de conocer los detalles del largo cautiverio.