El centrista Emmanuel Macron (En Marcha!) y la ultraderechista Marine Le Pen (Frente Nacional) se disputarán la presidencia en la segunda vuelta de las elecciones el próximo 7 de mayo, según las primeras estimaciones de voto. Será la primera vez que la presidencia francesa no será disputada por los partidos considerados “históricos” que agrupan a los socialistas y a la centroderecha. Fillon y los socialistas han reconocido su derrota y han pedido el voto para Macron.
La participación ha sido de aproximadamente 70%, una de las más altas de los últimos 40 años, según France Presse, y una de las que más llamaron la atención en los últimos tiempos.
Encuestas levantadas a pie de urna señalan que el centrista Emmanuel Macron alcanzó la victoria en la primera vuelta de las elecciones con 23%, un punto porcentual más que la candidata del Frente Nacional.
Se espera que los resultados oficiales se conozcan en las próximas horas.
Los comicios franceses se desarrollaron en medio de un fuerte despliegue de seguridad en las principales ciudades del país para evitar cualquier clase de atentado, como el que ocurrió hace tres días, en el que un hombre abrió fuego en plenos Campos Elíseos matando a un policía.
¿Quiénes son los candidatos?
Macron se declaró defensor a ultranza del actual modelo de integración europeo. Saltó a la escena política primero como asesor económico del presidente socialista François Hollande. Desde 2014 fue su ministro de Economía. Antes había trabajado como banquero de inversión en Rothschild & Cie.
Macron, de menos de 40 años, se presenta como liberal en lo social y partidario de la desregulación económica.
Marine Le Pen es abiertamente euroescéptica. De los “144 compromisos para Francia” que contiene su programa electoral, la primera propuesta es un referendo sobre la pertenencia de Francia a la Unión Europea.
Le Pen defiende además la salida de Francia del espacio Schengen -el área de libre movimiento de personas compuesta por 26 países europeos-, así como la expulsión automática de inmigrantes en situación irregular, la imposibilidad de regularizar a los que ya se encuentren en Francia y la reducción de la inmigración a 10,000 personas por año.
Este discurso contra la inmigración y a favor del proteccionismo económico encontró una caja de resonancias en la victoria de Donald Trump en Estados Unidos y en el crecimiento de la derecha populista en otros países europeos.
Le Pen logró matizar la imagen tradicionalista de su partido, suavizó su posición frente al aborto y en 2013 se desmarcó de las masivas protestas contra el matrimonio de personas del mismo sexo.
Con información de El País Internacional.