Madre se declara en huelga doméstica para que sus hijas dejen de “flojear”

La de Jessica Stilwell es la historia de millones de madres en todo el mundo, que quizás por cuidar su salud mental nunca se paran a contar cuánto tiempo al día dedican a limpiar y recoger lo que sus hijos adolescentes dejan tirado por la casa.

Esta mujer de Calgary, Canadá, resolvió a principios de mes que ya no recogería más toallas húmedas del piso, ni lavaría los platos, ni prepararía almuerzos para llevar, hasta que sus hijas recordaran que las tareas domésticas se comparten entre todos los miembros de la familia.

El 1º de octubre, Stilwell se declaró en huelga. La suya fue una huelga silenciosa, no declarada, y pactada en connivencia con su marido.

Durante seis días, Stilwell se limitó a limpiar y recoger lo que ella utilizaba. Sus hijas se ofuscaron.

Stilwell y su marido no les dijeron nada a sus hijas, pero las niñas, dos mellizas de 13 años y la pequeña de 10, sospecharon que algo ocurría.

“Desde el primer día se percataron de que algo raro ocurría, pero simplemente les dije que estaba muy ocupada, y que no tenía tiempo”, explicó.

Stilwell y su esposo se limitaron a lavar la vajilla que ellos mismos utilizaban y a meter en el lavarropas su propia ropa sucia.

La mugre empezó a apilarse y endurecer. Al cuarto día descubrieron queso dentro de un vaso de leche abandonado.

Como las niñas no se ocupaban de vaciar y limpiar las bolsas térmicas donde suelen llevar el almuerzo al colegio, su padre les proporcionó las bolsas de plástico que utilizan para recoger los excrementos del perro.

Luego de seis días de tolerar su propio desorden, Quinn, Olivia y Peyton se pelearon entre sí, se echaron la culpa unas a otras, y finalmente se pusieron manos a la obra para “recuperar su hogar”.

Stilwell y su marido vieron cómo su experimento doméstico dio frutos, y recibieron los aplausos de padres en circunstancias similares en todas partes del mundo.

Desde hace un par de semanas, Stilwell se dedica a conversar con los medios sobre su blog, y disfruta más seguido de una copa de vino, ya que otros miembros de su familia recogen la mesa y sacan la basura.

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