Manuel Modragón, responsable de haber convertido al DF en el refugio de seguridad

Nadie lo hubiera pensado jamás, que la Ciudad de México, otrora uno de los asentamientos urbanos más peligrosos del país se convirtiera en un refugio de seguridad.

Los alcances e implicaciones de este hecho son desproporcionados. Desde la inmigración masiva de empresarios, empresas y familias enteras desde casi todos los estados del norte, hasta el crecimiento de las inversiones inmobiliarias, financieras y comerciales como nunca han existido antes.

Sin embargo, la pregunta obligada es qué o quién logró esto?

Si bien los datos duros demuestran que es una combinación de factores, existe un individuo en particular quien fue el nodo y origen de los cambios de fondo en seguridad de la Capital. El incremento alarmante y exponencial de la inseguridad en el norte del país (atribuible a la guerra contra el narcotráfico de Calderón) se convirtió en un fuerte catalizador a la estrategia generada por este experto.

Su nombre, Manuel Mondragón y Kalb, un campeón de Karate, médico y ex-responsable de la lista más larga de responsabilidades que un funcionario pueda tener. El valor que representa para los mandatarios es tal que se ha convertido en un jugador de alto rendimiento que si bien puede apoyar a una gestión del PRD, ahora lo hace a nivel federal bajo la línea de Enrique Peña Nieto.

Mantiene un perfil bajo y no necesita de los reflectores para poder sentirse útil. Los resultados generados en materia de reducción de los índices delictivos no tienen precedentes. Algo que incluso le agrega un tinte excepcional a este cambio es el hecho de que no solamente la Ciudad de México era una de las urbes más peligrosas, sino junto con el Estado de México es la urbe más grande del mundo.

Los logros en materia de seguridad pública atribuibles a Mondragón fueron logrados mediante la implementación de toda una serie de tareas, políticas y procedimientos, lo suficientemente extensos para no ser listados aquí. Sin embargo, algunos de los más significativos han sido:

la implementación del alcoholímetro (el cual ha reducido las muertes por accidentes relacionados al alcohol arriba de un 30%), la depuración de los diferentes destacamentos policiacos (lo cual ha tenido un efecto drástico en la reducción de los índices de corrupción), el incremento de las denuncias realizadas por parte de ciudadanos (lo que ha ido de la mano con un incremento gradual de la confianza de los ciudadanos con las autoridades policiales), el incremento en el número de patrullajes y de oficiales en las diferentes colonias, entre otros.

No es sorpresa que con estos datos Peña Nieto decidiera darle la responsabilidad de la seguridad del país. Queda por ver si el daño y destrucción generados por la guerra contra el narcotráfico junto con la desarticulación de los centros de inteligencia por parte de Vicente Fox no se vuelvan un lastre que retrase la reducción de los índices delictivos a nivel nacional.