Mapa del amor exclusivo para mujeres enamoradas

La francesa Madeline de Scudéry (1607-1701) hizo un mapa del amor, lo llamó cartografía sentimental. Se dice que es el resultado de su imaginación sumamente refinada.

Para poder leer este Mapa del Amor para mujeres hay que recuperar la inocencia, porque se puede viajar por río, o cruzar aldeas y colinas hasta llegar al Amor, que recibe el nombre de Tierra Desconocida, y está al Norte.

Se llama Tierra Desconocida porque, en este mapa, el Amor puede ser de cualquier manera: Amor a uno, o mil hombres. Amor a otra, o mil mujeres. Amor a un único hombre para siempre…

Su autora lo dibujó hace casi cuatrocientos años, y lo hizo con mimo, pensando en que sirviera para el modelo que elijas.

La bella Carta de Tendre (Mapa del Amor) lleva a la imaginación por el viaje hacia el amor. Un viaje por el Mapa del Amor se inicia al Sur, en un lugar llamado Nueva Amistad.

De ahí, a pie, con un nuevo amigo, es posible llegar a Gran Espíritu, donde generalmente comienza la estima por el otro.

En el comienzo del viaje hay que visitar todo lo que arropa el amor: Bonitos Versos, Nota Galante y Nota Dulce, fundamentales en aquellos tiempos en los que una carta de amor se escribía despacio y con tantos caracteres como soportara la pluma.

Enseguida, y para poder seguir avanzando, hay que cruzar Sinceridad, Gran Corazón, Generosidad, Respeto y Bondad, que son todos ellos vecinos de Ternura. Sin pasar por Bondad, no es posible seguir avanzando.

En esta frontera, el mapa ofrece volver a empezar.

Dice Scudéry que, en este punto, justo cuando se divisa El Mar de los Peligros:

Si es preciso, Señora, y si le place, es posible volver a Nueva Amistad e iniciar el camino, con otro amor, hasta Ternura”.

El mapa ofrece una ruta distinta. Desde Nueva Amistad, es posible ir a Complacencia y, enseguida, a una aldea cuyo nombre es Pequeños Cuidados. Vecina de Asiduidad de la que Scudéry dice: “Este lugar está en el mapa para hacer entender que los pequeños cuidados no bastan solo algunos días, si no que han de ser asiduos”.

Si nada se interpone en el camino, y dejas a un lado las rocas de Orgullo, el mar de la Enemistad y el Lago de la Indiferencia, por río o trazando pequeños caminos, tendrás que cruza el Mar de los Peligros y habrás llegado al Amor. Siempre, en todo momento, es posible volver a empezar.