La revista La Capital da a conocer que el ex jefe de Gobierno del DF Marcelo Ebrard supo del desastre que vendría en torno a la megaobra de su administración desde 2009, pero ignoró todas las advertencias y avisos.
“La prisa de Ebrard por la construcción de su proyecto político-personal lo llevó a hacer caso omiso a las señales del desplome de la Línea 12”.
Desde el 22 de julio de 2009, tres años antes de ser inaugurada, la empresa francesa líder mundial en generación de energía y fabricación de trenes Alstom, a través de su director comercial y de desarrollo de negocios en México, Alfredo Rodríguez, aseguró al GDF que el plazo para la entrega de la propuesta de trenes era muy corto —apenas 10 días— y, sobre todo, hizo hincapié en que las características de los trenes que se solicitaban serían incompatibles para la obra.
De acuerdo con Alstom, los trenes eran 10 metros más cortos que los andenes. Esto no le importó a Ebrard, su meta era terminar la obra aún a costa de los usuarios, de los habitantes del Valle de México.
Así, Ebrard siguió adelante con el proyecto tal cual lo había pensado, con trenes más cortos y andenes más largos, es decir con algo que es incongruente e inoperable.
La advertencia de la empresa francesa es relevante porque hoy la incompatibilidad de los trenes con la obra es la principal causa que el STC Metro argumenta para mantener cerrada la mitad de la Línea 12.
La nota de Lucía Irabien en La Capital refuerza lo presentado por la Auditoría Superior de la Federación en torno a que también en 2009 las empresas constructoras alertaron sobre fallas en los materiales de las vías que hoy presentan desgaste ondulatorio. La misma ASF apunta que en la obra no se respetaron todos los protocolos de prueba, se recibió la Línea 12 incompleta y se pagó a la empresa certificadora antes de que concluyeran los trabajos.
Fuente: La Capital