La noción que se tuvo durante más de 30 años de que en Marte no existía la posibilidad de vida cambió, gracias al descubrimiento realizado por el científico mexicano, Rafael Navarro.
En 1975, la NASA lanzó la misión Vikingo, cuyos resultados apuntaban que el llamado planeta rojo estaba desértico, sin compuestos orgánicos. Sin embargo, Navarro y su equipo analizaron nuevamente los resultados de la misión y demostraron que estos sí existen.
Se espera que en noviembre, la NASA lance el nuevo robot explorador “Curiosity” a la superficie ecuatorial de Marte. El aparato cuenta con 11 instrumentos científicos que permitirán analizar el suelo y la atmósfera marciana en pos de compuestos básicos para la vida. Ello formaría parte del proyecto Mars Science Laboratory (MSL) de la NASA.
Navarro estudió Biología y Química en la Universidad Nacional Autónoma de México y en la Universidad de Maryland, dedicándose siempre a temas relacionados con el espacio.
El desierto Atacama, en Chile, el lugar más parecido a ese planeta en la Tierra, fue otra contribución de Navarro desde hace 10 años.