Al llegar a la ciudad de México, en el Aeropuerto Internacional, un empresario de Jalisco fue interceptado por sus plagiarios, quienes se identificaron como agentes de la Subprocuraduría Especializada en Investigación en Delincuencia Organizada (SEIDO) y lo condujeron a una casa ubicada en la Delegación Coyoacán.
El secuestrado logró cambiar el final del secuestro. Aprovechó el sueño de sus raptores, quienes ya estaban en negociaciones con la familia, logró librarse de las esposas que le habían colocado, tomó una de las armas de los delincuentes y arremetió contra dos de ellos, los mató.
Subió a la azotea de la casa en que lo tenían retenido, brincó a la casa contigua y pidió ayuda de los vecinos.
Las autoridades no han podido identificar a los secuestradores, pero por los documentos que tenían en su poder, se presume venían también de Jalisco.
