México apuesta por la modernización de la industria energética

Con 353 votos a favor y 134 en contra, se aprobaron en la Cámara de Diputados, los artículos reservados del Proyecto de Reforma Energética, pasando así a las Legislaturas Locales para obtener su aval.

Al tratarse de la reforma de un sector estratégico, resulta indispensable conocer sus principales puntos para ubicar los alcances que tendrá, que según los expertos serán muy positivos, tomando en cuenta el potencial que México posee en cuanto a desarrollo de la industria energética y la atracción historia de inversiones que ha mostrado en este último año.

Un punto trascendental y que conviene rescatar de esta Reforma es que se reitera en la modificación del artículo 27 Constitucional, que el petróleo y los hidrocarburos, continuarán siendo propiedad de la Nación de manera inalienable e imprescriptible y no se otorgarán concesiones.

En cuanto a la apertura al capital privado, para la prestación de servicios, el marco legal que plantea la Reforma permite a Petróleos Mexicanos P(PEMEX), la celebración de contratos, que no comprometen porcentajes de la producción obtenida y los pagos son cubiertos en efectivo.

También están previstos los contratos de utilidad compartida, con el correspondiente pago del porcentaje de la monetización de la producción como retribución, además de que la inversión de los trabajos corre por cuenta del contratista bajo su propio riesgo; adicionalmente están los contratos de producción compartida o de riesgo compartido, en el que la empresa privada absorbe una parte importante del riesgo de las actividades de exploración y extracción.

En el caso de la generación de energía, las empresas privadas podrán construir y operar centrales generadoras y vender la energía eléctrica que produzcan, lo que permitirá una mayor competencia en el mercado, abaratando las tarifas eléctricas. Se estima que el ahorro para los usuarios será de 50% al 65% de manera gradual, podrán celebrarse contratos con CFE para desarrollar infraestructura y proporcionar mantenimiento en las redes de transmisión y distribución, cables, torres y subestaciones.

La Reforma también tiene prevista la creación de un fideicomiso público encargado de recibir, administrar y distribuir los ingresos derivados de las asignaciones y contratos que Pemex y CFE otorguen a la iniciativa privada y obtengan por cuenta propia.

El Banco de México será el encargado de controlar dicho fondo, el cual será administrado por un comité técnico integrado por los titulares de Hacienda, Energía y el propio Banxico, además de dos miembros independientes.

En materia de electricidad, la CRE será la encargada de la regulación y el otorgamiento de permisos para la generación así como establecer las tarifas de porteo para la transmisión y distribución.

Tras el análisis de todos los elementos mencionados, puede concluirse que se trata de una medida que podría aumentar la limitada producción de petróleo que México ha experimentado en los últimos años, cada vez más a la baja, para consolidarse como potencia de producción de energía en América del Norte, contribuyendo a que México lleve a cabo una extracción más eficiente de sus reservas.