Moisés Muñoz el héroe del América

Moisés Muñoz posee la valentía de un campeón. Cuando la final parecía resuelta. Un certero remate con la frente para ser el gran gestor del triunfo americanista y hacerlo tan ganador como lo amerita una vuelta olímpica. Lo acompañó la suerte y el destino en esa jugada. Cuando la compensación expiraba su participación en un tiro de esquina hizo que tocara el balón hacia la portería y que Alejandro Castro lo mandara como un autogol.

Abrazo furibundo con sus compañeros, era la última jugada del partido para que Cruz Azul se quedara con la corona del balompié nacional.

El meta de las Águilas se consagró en la historia de su equipo. Nadie le quitará en el anecdotario glorioso de los azulcrema que sirvió como el puntal de la resurrección rumbo a la estrella 11 en su escudo.

Después, en la serie de penales, donde las figuras de los guardametas suelen agigantarse ante los delanteros alevosos, tuvo el atrevimiento de decantar la serie a favor de los amarillos. Justo para dar el golpe de autoridad a los Cementeros, le detuvo el primer penalti de la serie a Javier Orozco. Cruz Azul se vino abajo en ese momento.

Llegó a Coapa con muchas dudas, apadrinado por su técnico Miguel Herrera nunca desentonó con la grandeza que hoy presume más que nunca el americanismo.

Con actuaciones sobrias, sin muchos aspavientos, mantuvo tranquila a su gente. De bajo perfil, quizá nunca se hubiese pensado en que se convertiría en el gran ídolo que a partir de hoy es. Su nombre ya está inscrito como un portero que encumbró al americanismo.

Su carrera también estuvo amenazada por la crueldad del destino. Un accidente automovilístico hacia temer por su vida, pero en cuanto se descartó ese escenario, su carrera futbolística estuvo amenazada. Tardó en volver y apeló a la paciencia de recuperarse. Se perdió muchos partidos y las dudas en cuanto a su capacidad crecieron.

Fuente: Vanguardia