Monarcas da el primer golpe; vence 2-1 al Santos

Monarcas Morelia se conformó con 25 minutos de buen futbol desplegado en la fría cancha del Estadio Morelos, para obtener una ventaja de 2-1, la cual en estas instancias, no resulta ser definitoria.

Ahora todo queda suspenso. En el Estadio Corona se destapará al primer finalista. Porque en el Morelos, todo el esfuerzo sirvió para que la diferencia fuera de un gol para Morelia.

Honor a quien honor merece. Tomás Boy, más allá de la antipatía que genera, ha hecho renacer a Monarcas, al rodearse de jugadores que buscan revancha, con hambre de triunfo, y ha logrado formar una gran comunidad, un equipo de futbol que se transforma en familia y lo mejor: que juega bien.

En los primeros minutos de juego, tanto Morelia como Santos salieron a mostrar sus armas. El local, con más obligación, y la visita con más reserva, pero con la misma intención: hacer daño.

El primero fue Jaime Lozano, quien sacó un riflazo que sorprendió a Oswaldo Sánchez. Gran colocación, gran fuerza, pero de mucha distancia para vencer a Oswaldo.

La noche era de Morelia, por lo menos en la primera parte. Otro resucitado, Alonso Sandoval, se mostraba como el extremo que hay dentro de él, pero al que le impide salir, y Édgar Lugo sigue enrachado. Una gran jugada de ‘El Negro’ para ‘El Güero’ puso el 2-0 en el marcador. La locura en el Morelos.

Para la segunda parte, el ímpetu moreliano se calmó, ya sólo se jugaba con la expectativa, con lo que pudiera ofrecer el rival. Y Santos, de inicio, decidió no arriesgar más. Dar por perdida la batalla y luchar más adelante, el próximo sábado en el Corona.

Esa era la impresión que se daba. Pero los cambios de Benjamín Galindo ofrecieron algo más que sólo aguantar la desventaja; poco a poco empujaron a Morelia a su campo, donde Jorge Gastélum se batía como verdadera fiera en la recuperación del balón.

Boy quiso recomponer, metió a Joao Rojas, quien estaba emberrinchado en la banca, pero descuidó atrás, lo suficiente para que Carlos Morales casi haga el gol de la vida, sino es por una gran acción defensiva de Adrián Aldrete.

Era el primer aviso, pues minutos después, Carlos Ochoa sacó un gran pase de la chistera para que Oribe Peralta metiera el de la vida para los Guerreros.

Un gol que era suficiente. Un gol que revivía a los laguneros. Un gol es ventaja, mas parece que no es suficiente. En Torreón, seguro que la historia intentará cambiar.

Fuente: El Universal