Al oeste de Bahía, en Brasil, Rosangela Ameida dos Santos fue enterrada estando aún con vida.
Sin embargo, después de la ceremonia de entierro varios vecinos del cementerio reportaron a las autoridades que se escuchaban gritos; tras esto decidieron abrir la tumba pero ya era demasiado tarde, pues hallaron el cuerpo de Rosangela aún caliente y con heridas en las manos y frentes, por lo que se sospecha que lucho por salir del ataúd.
De acuerdo con la información que se dio a conocer, los médicos firmaron un acta de defunción en el cual explicaban que su muerte se debió a un shock séptico tras dos paros cardíacos.