Mueren 11 por accidente de microbús; chofer intentó rebasar

Édgar apenas alcanzó a subir al microbús, que de inmediato cerró sus puertas y arrancó. El pequeño pensaba llegar temprano a la ceremonia cívica de los lunes de su primaria. Nunca llegó porque su cuerpo fue rescatado de la barranca, junto al río de El Obraje, donde quedaron tirados una treintena de pasajeros, 11 de ellos sin vida.

El microbús, que cubría la ruta Cuatro Caminos–Huixquilucan, transitaba por la carretera Río Hondo-Huixquilucan, en ese municipio mexiquense, cuando en la zona de curvas, aledaña a la Peña del Venado, aceleró en un intento por rebasar a la fila de vehículos, invadiendo el carril de contraflujo; fue entonces cuando perdió el control y se precipitó al barranco, volcándose a una profundidad cercana a los 20 metros.

De cabeza quedó el microbús número 60 de la Ruta 4, perteneciente a la empresa Asociación de Propietarios y Autotransportistas de Huixquilucan S.A. de C. V., conducido por Bonifacio Santiago Mar García, de 38 años de edad, quien salvó la vida y entró caminando al Ministerio Público de Naucalpan, pues la bolsa de aire de su unidad lo cubrió.

Protección de la que carecieron los pasajeros, cuyos cuerpos se golpearon unos contra otros y contra el techo y tubos del microbús, según relataron familiares de los heridos.

Al momento en que la unidad cayó, algunos pasajeros quedaron sobre la barranca y otras en las frías aguas del río El Obraje. Al menos 21 de ellos llegaron con hipotermia a los hospitales de la Cruz Roja, Traumatología de Lomas Verdes del IMSS, así como al Santa Clara en Naucalpan.

Édgar no llegó a la ceremonia a la Bandera, en la primaria “Vicente Guerrero” de Dos Ríos.

Entre los pasajeros viajaban Jaquelín Romo González y José Antonio Ruiz García, cuyos compañeros de inmediato notaron su ausencia y constataron que habían perdido la vida al pasar junto a la zona del accidente, “porque traían camisas iguales a las de nosotros con los logotipos de la empresa”, comentó Carlos.

Lo mismo que Ismael Godínez García y Eduardo Rizo Hernández, quienes siempre viajaban en grupo con Alfredo Godínez y Juan Carlos Uribe para ir a trabajar a los edificios de lujo de Interlomas, donde hacían los terminados de tablaroca.

A la tragedia siguió la angustia de los familiares de los lesionados quienes llegaron al hospital de Traumatología de Lomas Verdes, del Seguro Social, donde tuvieron que firmar un pagaré por 25 mil pesos para garantizar la atención médica de sus parientes que carecían de seguridad social y les negaron el servicio hasta que ampararan los costos de la atención médica.

Fuente: El Universal