El jueves pasado falleció el gorila Bantú, el último ejemplar de su tipo que pertenecía al Zoológico de Chapultepec, y que murió a causa de una negligencia médica mientras intentaban trasladarlo al Zoológico de Guadalajara para reproducirse con dos hembras.
Sin embargo, hay diferentes versiones al respecto. Algunas personas comentaron que la negligencia pudo ser de las autoridades del zoológico, así como de los médicos encargados de trasladarlo a Guadalajara. También, hay quienes dicen que Bantú ya era un gorila mayor y recibía los cuidados necesarios, y que su muerte fue meramente incidental.
Aunque todavía no se saben las causas exactas del deceso, este hecho ya trajo consecuencias para las autoridades, pues Juan Arturo Rivera Rebolledo, Director General de Zoológicos y Vida Silvestre, fue suspendido del cargo al menos hasta que se realice una necropsia al animal por parte de investigadores de la UNAM.
Para intentar despejar un poco las dudas, Guillermo Haro, titular de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), se sumó a las investigaciones del caso, pues varios testigos del traslado de Bantú y según primeras observaciones hechas por expertos, aseguran que en el proceso hubo varias fallas con el uso de la anestesia y en los protocolos.
Se espera que el resultado del estudio histopatológico que la UNAM realiza al gorila, esté listo en aproximadamente en un mes. Mientras tanto, en el equipo del Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, se espera que este caso no se politice.