Una niña de nueve años, originaria de Madrid, grabó las conversaciones con su padre, las cuales demostraban que era víctima de abuso sexual por parte de él. Su caso había quedado archivado después de que un perito no diera crédito de los testimonios de la pequeña.
No era la primera vez que la pequeña de dos años intentaba dar aviso a personas allegadas a ella. En un ocasión asistió al pediatra porque tenía ardor al orinar, y cuando el doctor le preguntó que desde cuando tenía las molestias, ella contestó: “Desde que papá me clavó la uña“. Además, confesó que su padre le hacía “cosquillas” en sus partes íntimas y que a ella no le gustaba.
En 2014, después de los resultados médicos y los análisis que indicaban su infección vaginal, la niña regresó al doctor después de pasar dos semanas con sus papá. Los doctores sospecharon de abuso sexual.
La menor tuvo un acercamiento con un perito, a quien le platicó que su padre le realizaba tocamientos en sus genitales y éste no le creyó.
El caso quedó archivado el pasado mes de enero. Pero la pelea no terminó ahí, la madre le prohibió al padre llevarse a la pequeña, y la discusión fue tan fuerte, que la policía intervino entre los dos.
El padre fue llevado a las autoridades, en donde intentaron calmarlo, pero entre sus declaraciones dijo “prefiero verla muerta a no verla porque esto ya es insoportable“.
Estas palabras llegaron hasta el juzgado, pero no fueron suficientemente impactantes para que se le acusara al hombre de “abuso sexual”.
La niña no paró en su intento de demostrar que su padre la tocaba y, el pasado 7 de junio, tomó la grabadora de su mamá y se la guardó en el calcetín.
La cinta grabó 6 horas de contenidos y conversaciones que dejaron en evidencia al padre.
“Pero cuándo te he tocado yo?”, se escucha que dice el padre. “Muchas veces”, le contesta la niña. “Pero cariño, eso es para jugar”, agrega su progenitor.
“Es que no tienes que hacerme eso nunca, mi cuerpo es mío”, grita la pequeña. “Tu cuerpo es tuyo, efectivamente (…), cuando tú decías que no te tocara, yo paraba; yo lo único que te estaba haciendo era cosquillas y estaba jugando contigo”.
El abuelo de la pequeña intervino en la conversación para explicarle a la pequeña que su padre lo hacía para lavarle.
“Eso hay que asearlo muy bien y darle pomada”
“No, no, no, si yo sé por lo que la niña lo dice, si yo sé a lo que ella se refiere”, interrumpe el padre.
“Yo también te lo he lavado, entonces sería igual”, insiste el abuelo.
“No, si ella no se refiere a eso, si yo sé a lo que se refiere”, subraya el señor.
“¡Bueno, pues ya está!”, grita la niña. “¡Bueno, pues apechuga, pues apechuga!”, grita el señor.
Esa misma noche la menor entrego la grabación a su madre para que fuera entregada a las autoridades para levantar formalmente la denuncia.