Los padres no le había llevado a vacunar desde que nació. Este caso se convirtió en el primero, en niños, en 30 años, en Oregon, Estados Unidos.
El niño, de 6 años, se cortó la frente mientras jugaba en una granja. Sus padres limpiaron su herida, sin embargo, días más tarde, los síntomas de la bacteria aparecieron.
En el hospital se confirmó el avance de la infección y la gravedad del caso. El niño tenía espasmos en la mandíbula y experimentaba una afección llamada opistótono (posición rígida que provoca que se arquee la espalda).
Al pedir el comprobante de las vacunas, un equivalente a la Cartilla de Vacunación en México, se dieron cuenta que no existía y que los padres se negaron a ponerle las vacunas correspondientes a su hijo.
Después de 47 días de estar internado en cuidadoso intensivos el niño salvó la vida.
Este caso ocurrió en 2017, hoy salió a la luz nuevamente gracias a la notoriedad que ha adquirido Ethan Lindenberger, el joven que pasó sus primeros 18 años sin ninguna vacuna, pero que en diciembre, contra el consejo de su madre, fue a vacunarse, en un acto de rebeldía que le valió una invitación al Congreso de Estados Unidos.