No es lo mismo solo que mal acompañado

El día que comienza una dieta los antojos son mayores. No han dado ni las 9 de la mañana y mueres de hambre cuando normalmente no habrías desayunado.

Es difícil luchar contra esos juegos de la mente y sucede lo mismo cuando te quedas soltero. Ir al súper se convierte en la apoteosis del patetismo, pero si vivieras con alguien y fueras al mismo supermercado, entonces la percepción cambia y sólo se trata de un día de compras.

Al perder una pareja no quieres pasar tiempo a solas porque te recuerda que la otra persona no está. Y al principio es bueno buscar la compañía de tus amigos aunque te encuentres incómodo al sentirte “mal tercio”. El verdadero problema es cuando te sientes solo estando en pareja y hasta sientes envidia de tus amigos porque, para ti, todos tienen una mejor relación que la tuya. Si permaneces con esa idea por mucho tiempo, se puede convertir en realidad.

Uno de los síntomas comunes es depender de compañía constante para divertirse. Dejan de salir en citas y mejor organizan cenas y fines de semana con otras parejas o el (pobre) amigo soltero que necesita apoyo.

Pregúntate por qué ya no es divertido estar juntos. ¿Será que tienen atrofia de personalidad? ¿Se puede salir de ello y regresar a como eran antes? Yo creo que sí. Pero es más difícil que encontrar un ligue en la oficina, que te guste por tres meses y eche a perder el futuro que tenías planeado.

Sé que siempre recomiendo separarse, pero en este caso vale la pena intentar. Con salir de la rutina y retomar aficiones personales, pueden recordarse como las personas que conocieron hace tiempo. Se supone que deberían ser la mejor compañía que el otro pueda tener, porque la intención es que sea para toda la vida. Y eso se logra sólo con esfuerzo.