‘No hay sobrevivientes’: François Hollande

“No hay sobrevivientes” anunció el presidente François Hollande sobre los pasajeros del avión que se estrelló este jueves en el desierto de Sahel, a 50 kilómetros de Gao, en Mali, con 118 víctimas.

Hollande explicó que fue recuperada la caja negra y que un grupo especial encabezado por la ministra Fleur Pellerin y 21 gendarmes viajaron a Mali para supervisar las tareas e identificar los cuerpos.

El avión quedó destruido completamente, pulverizado, como si hubiese sufrido una explosión. Fue detectado por un drone francés anoche en la frontera con Burkina Faso, según anunció un portavoz del estado mayor del ejército.

Dos helicópteros franceses llegaron al lugar a identificar los restos, en una zona “relativamente calma”, donde no hay actividad de los jihadis o Al Qaeda.

“Hay hipótesis notablemente climáticas pero nosotros no descartamos ninguna hipótesis. Es muy temprano para hablar de conclusiones”, dijo el presidente Hollande. “La zona del accidente es una de relativo fácil acceso y sin gran actividad jidahista”, continuó. También el palacio del Eliseo anunció que había 116 muertos y no 112, como se dijo inicialmente, y la tripulación estaba integrada por 6 personas.

Hollande ha coordinado con su colega maliano Ibrahim Boubacar Keita “trabajar en directa cooperación” para dilucidar las circunstancias del accidente y establecer “la verdad sobre la tragedia”. Por precaución y hasta que se establezcan las razones, los aviones de Air France han variado su ruta del norte de Mali para evitar el área.

Un equipo de enviados especiales de TF2 accedieron a las imágenes filmadas por el ejército de Burkina Faso. Muestran a un avión pulverizado en el desierto y con los restos esparcidos con gran amplitud, como si hubiera sucedido una explosión. La tripulación española sólo tenía un mes de experiencia en el área y de volar en medio de una tormenta de arena, como sucedió en la ruta en que cayó el avión. La meteorología es una de las causas más probables del accidente.

Al menos hay 116 personas de 10 nacionalidades en el avión destruido: 51 franceses, 8 libaneses, 24 de Burkina Faso, seis argelinos, seis españoles, cinco canadienses, cuatro alemanes y dos ciudadanos de Luxemburgo, entre otros.