Una nueva víctima del llamado mataperros en el Parque México, en la Condesa, movilizó ayer a 25 policías, tres patrullas y una camioneta de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina (SSP-DF), 15 peritos de la Procuraduría, personal de Protección Civil y ministerios públicos…
Las autoridades además cerraron el acceso a parte del parque, el área especial para perros. Las cintas amarillas que marcan una escena del crimen, fueron extendidas alrededor del lugar que lució desierto.
Se trata de Kiko, un perro criollo cuya dueña trabaja en la veterinaria Animalia.
El reporte de su muerte comenzó a difundirse ayer, luego de que Kiko falleció a las 10:30 de la noche del miércoles tras pasear por la avenida Ozuluama, la misma en la que se ubica una jardinera que los vecinos señalan como el sitio donde han colocado veneno.
Los elementos policiacos acudieron después del reporte y acordonaron, con cinta amarilla, la mitad del parque.
Los peritos de la Procuraduría capitalina y personal del Ministerio Público iniciaron la recolección de muestras en el parque, en un perímetro de 10 metros, de donde su ubica el reloj y descubrieron otra posible víctima: una ardilla muerta.
Estaba tirada entre las hojas secas, a poco menos de metro y medio de un árbol. La preocupación de que también estuviera envenenada, al igual que ha sucedido con al menos 19 perros, provocó que al lugar llegara incluso la subsecretaria de Participación Ciudadana, Yolanda García Cornejo, para encabezar las investigaciones.
Fuente: La Razón