Ante unos 15 mil asistentes que abarrotaron el Centro de Convenciones McCormick, Obama hizo un recuento de los logros de su gestión, los retos, las amenazas y la urgencia de que mas estadounidenses asuman su deber civil de participar en la vida política a través de su voto.
“Sí, nuestro progreso ha sido desigual. El trabajo de la democracia siempre ha sido duro, contencioso y a veces sangriento. Por cada dos pasos adelante, a menudo se siente que damos un paso atrás”, admitió.
Pero dijo que “el largo alcance de Estados Unidos ha sido definido por el movimiento hacia adelante, una constante ampliación de nuestro credo fundacional para abrazar a todos, y no sólo a algunos”.
El mandatario habló de sus inicios en esta, su ciudad adoptiva, de manera anticipada en su meteórica carrera política, y fue objeto de la admiración de los miles de seguidores que lo recibieron con una ovación de pie que se prolongó por unos dos minutos.
“Ustedes me hicieron mejor presidente y un mejor hombre”, declaró el mandatario, quien con un: “no puedo hacer eso”, acalló los gritos de las miles de gargantas que clamaban “¡cuatro años mas!, ¡cuatro años mas!, ¡cuatro años mas!”.
Obama transferirá el poder al presidente electo Donald Trump en Washington este 20 de enero.
El mandatario agradeció al vicepresidente Joseph Biden y su equipo de colaboradores por el trabajo hecho desde 2009, pero dijo que la mayor gratitud era para los millones de estadounidenses que lo apoyaron votando por él en 2008 y en su reelección en 2012.
Uno de los momentos mas emotivos ocurrió cuando el mandatario se refirió a la primera dama Michelle Obama, que, dijo, ha sido su mejor amiga por dos décadas, sin poder evitar algunas lágrimas, al igual que su hija Malia, sentada entre sus madre y su abuela Mariam Robinson.
En su discurso resaltó que hace ocho años, se podría haber dicho que “nuestros objetivos eran demasiado altos”.
Citó por ejemplo la recuperación de Estados Unidos de una gran recesión, la reactivación de la industria automotriz y la mayor extensión de creación de empleo en Estados Unidos.
Otros objetivos cumplidos, dijo, es que se abrió “un nuevo capítulo con el pueblo cubano, se puso fin al programa nuclear de Irán “sin disparar un tiro”, y la muerte de “el cerebro del 11 de septiembre (Osama bin Laden)”.
Además, mencionó temas como la igualdad en el matrimonio, y asegurar el derecho a seguro de salud para 20 millones de conciudadanos.
En lo que pareció ser una alusión al discurso electoral de Trump, Obama dijo que el potencial del país se concretará si la democracia funciona, “si nuestra política refleja la decencia de nuestro pueblo”.
De igual forma, añadió, “si todos nosotros, sin importar nuestra afiliación partidaria o interés particular, ayudamos a restablecer el sentido de propósito común que tanto necesitamos en este momento”.
Advirtió que la democracia no funcionará sin un sentido de que todos tienen oportunidades económicas.
Hizo notar la profunda inequidad económica “en que el uno por ciento de la población ha amasado enormes fortunas, mientras que millones de familias continúan marginados del progreso económico y social”.
“No hay soluciones rápidas a esta tendencia a largo plazo. Estoy de acuerdo en que nuestro comercio debe ser justo y no sólo libre”, apuntó.
Pero, aclaró, “la próxima ola de dislocación económica no vendrá de ultramar. Vendrá del ritmo implacable de la automatización que hace que muchos buenos trabajos de clase media sean obsoletos”.
Añadió que el orden actual enfrenta graves amenazas, algunas externas como el fanatismo de quienes dicen hablar por el Islam, una creciente automatización que puede eliminar empleos, y la apatía de quienes desdeñan su obligación civil para votar en cada elección.
Dijo que proteger el modo de vida requiere más que militares, y que la democracia puede doblegarse si se cede al miedo, por lo que se requiere que cada ciudadano siga vigilante contra la agresión externa y contra el debilitamiento de los valores que forjaron el carácter del país.
“Lo que me lleva a mi punto final: nuestra democracia se ve amenazada siempre que lo damos por sentado. Todos nosotros, independientemente del partido, debemos lanzarnos a la tarea de reconstruir nuestras instituciones democráticas”, dijo.
Obama advirtió que cuando las tasas de votación son algunas de las más bajas entre las democracias avanzadas se requiere facilitar este ejercicio, y reducir la influencia “corrosiva” del dinero en la política, e insistir en la transparencia y ética del servicio público.
“Cuando el Congreso es disfuncional, debemos atraer a nuestros distritos para animar a los políticos a atender al sentido común y no a los extremos rígidos, y todo esto depende de nuestra participación”, expuso el presidente.
Señaló que “en cada uno de nosotros aceptar la responsabilidad de la ciudadanía, sin importar de qué manera el péndulo de poder oscila”.
Declaró que frente a este balance deja una nación “más optimista de lo que era cuando empezamos”, porque gracias al trabajo de los últimos ocho años, no sólo se ayudó a millones de estadounidenses, sino se inspiró a millones más”.
“Ha sido el honor de mi vida servirles. No voy a parar; De hecho, estaré allí con ustedes, como ciudadano, por todos mis días que quedan”, prometió.
Obama dijo que por ahora, “si son jóvenes o jóvenes de corazón, tengo una última pregunta como su presidente, la misma cosa que les pedí cuando apostaron por mi hace ocho años. Les pido que crean, no en mi capacidad para lograr el cambio, sino en el de ustedes”.