Investigadores de la NASA inicialmente supusieron que la temperatura podría haber subido tras una emisión de gas natural, sin embargo, con los reportes del satélite meteorológico estadounidense Suomi NPP observaron que el fenómeno se detectaba también cerca de la costa y a bajas profundidades.
Detectaron diversas zonas de temperaturas inexplicablemente altas, por medio de un sensor ultravioleta e infrarrojo que sirve para monitorear los incendios.
En el mapa obtenido se observan puntos rojos que corresponden a lugares de alta temperatura. Todos estos puntos se encuentran en la Tierra, menos uno, que se halla en medio del océano.
Los investigadores están aseguran que se trata de la Anomalía del Atlántico Sur, una región donde los cinturones de radiación se encuentran a unos cientos de kilómetros de la superficie terrestre.