La represión en Siria no se ha detenido y recientemente la ONU contabilizó entre 700 y 850 personas que han muerto en el país árabe debido a la violencia contra los manifestantes.
La ONU también mencionó nuevos bombardeos por parte de las fuerzas del presidente Bashar al-Assad, en la ciudad de Homs. La organización internacional también contabilizó miles de arrestados desde el inicio de las revueltas.
El organismo exhortó al presidente para que “deje de utilizar la fuerza y las detenciones masivas como medios para silenciar a sus oponentes”.
La ONU anunció a su vez que iniciará una misión para verificar las denuncias que ha recibido. De serle permitido entrar a territorio sirio, anunció que hará sus averiguaciones desde naciones aledañas.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se comunicó telefónicamente con el presidente sirio para solicitarle la colaboración en la misión mencionada.
El portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Rupert Colville, dijo que la principal respuesta del gobierno sirio con relación a las acusaciones en contra de su violación a los derechos humanos es que varios policías y militares también han muerto en las protestas.
Debido a eso, declaró que “la misión quiere entrar en el país y establecer, por sus propios medios, quién fue asesinado, cuándo, por qué y cómo”.
Fuente: El Universal
