Opinión y Análisis, 11 de noviembre

KATIA D’ARTIGUES

La realidad es un espejo en el que a veces no nos gusta mirarnos. Supongo que eso le pasó al gobierno federal con el informe —producto de dos años de investigaciones— de Human Rights Watch (HRW). (…) Los tratados de derechos humanos son firmados por Estados y no por cárteles que prometen respetarlos… Aunque haya grupos como La Familia, en Michoacán, que sí manejen sus “valores” y demás. Si voy a la CNDH a tratar de levantar una denuncia por violaciones a los derechos humanos y acuso a un narco… se reirían de mí. (El Universal)

RODOLFO ECHEVERRÍA

Entre una izquierda suicida y una derecha menguante, el PRI está obligado a aprovechar tan irrepetible oportunidad y disponerse a rescatar el poder de la república con trabajo político, a un mismo tiempo responsable y audaz. Y actuar de manera disciplinada, unitaria y mediante un programa democrático y realista, concebido para acelerar el cambio social en México al amparo de la legalidad y dentro de los cada vez más difíciles y competidos ámbitos de la mundialización de la economía, del comercio, de las finanzas. El PRI tiene experiencia. Sabe hacerlo. Puede y debe hacerlo. (El Universal)

MARTÍN ESPINOSA

Desalentadores han sido los resultados de la encuesta Latinobarómetro 2011, dados a conocer la semana pasada por esta organización no gubernamental, cuya sede está en Chile, y que incluye 19 mil entrevistas en 18 países de América Latina. Me platica Marta Lagos, su directora ejecutiva, que una primera gran conclusión revela que los resultados obtenidos en materia de democracia en el continente no fueron tan brillantes como los del año pasado y que el año que viene “pinta” más desalentador que el que terminaremos dentro de 54 días. México es uno de los países evaluados por el Latinobarómetro desde hace 17 años y en esta ocasión aparece reprobado con una calificación de 5.9 donde 1 quiere decir no democrático y 10 totalmente democrático. (Excélsior)

JULIO ASTILLERO

Ayer, por ejemplo, estando bajo fuego político de instancias internacionales que le acusan de haber fracasado durante su sexenio en la materia a la que dedicó la gran mayoría de sus esfuerzos y recursos, la de la presunta guerra contra el narcotráfico, y de haber permitido que en múltiples casos se hayan violado gravemente los derechos humanos y las garantías constitucionales, el comandante Calderón se defendió argumentando que él, el acusado de propiciar o permitir los asesinatos de más de 50 mil personas, no nada de a muertito. Peor metáfora acuática no pudo haber escogido. Porque, en realidad, Calderón ha nadado durante su macabra administración de a algunas decenas de muertitos por día. (La Jornada)

RAUL CREMOUX

Si bien hay que partir del hecho de que el presidente Calderón ha tenido como prioridad combatir al narcotráfico, cada vez son más los testimonios de que, lejos de disminuir la violencia, ésta crece. La organización Human Rights Watch (HRW) ha concluido que la estrategia de seguridad para combatir a los criminales ha fracasado. Así de rotunda es la calificación, así de terrible es lo que en consecuencia podemos esperar. (…) Sólo unos días después de haber tomado posesión como Presidente, el 11 de diciembre de 2006, en un evento programado de última hora en el salón Adolfo López Mateos de la residencia oficial, se lanzó la ofensiva contra los cárteles de las drogas. Así, sin previsión ninguna. (La Crónica de Hoy)