Opinión y Análisis, 26 de octubre

BAJO RESERVA

LA FRASE Over my dead body —“sobre mi cadáver”—, expresada contra el posible regreso del PRI a Los Pinos, fue atribuida en julio pasado a la jefa del Departamento de Estado estadounidense, la poderosa y carismática Hillary Clinton. Pero al parecer las cosas están cambiando. Washington está desplegando una estrategia de control de daños, con un acercamiento con el ex mandatario mexiquense Enrique Peña Nieto. El equipo de Clinton busca saber de primera mano si el precandidato del PRI a la Presidencia de México mantendría entre sus prioridades el combate al crimen organizado y la cooperación con EU. La pregunta podría ser también si la Casa Banca mostrará mayor compromiso en este tema. (EL UNIVERSAL)

PASCAL BELTRÁN DEL RÍO

A Enrique Peña Nieto se le ha criticado por tener un discurso que muchos juzgan de políticamente conservador e intelectualmente difuso. Por eso, y por ser el aspirante que más tendría que perder en caso de enredarse en una polémica, llama la atención que el ex gobernador del Estado de México haya dicho a Adam Thomson, del diario londinenseFinancial Times, que Pemex podría “obtener mejores resultados, crecer más y lograr más mediante alianzas con el sector privado”. (…) Habrá candidatos que crean que pueden obtener más votos por repetir que el petróleo es de la nación —cosa que no está en duda y no es necesario cambiar— y que sólo la nación debe extraerlo, transportarlo y procesarlo. Sin embargo, si son honestos tendrán que reconocer que el marco legal con el que trabaja Pemex —con todo y la micro reforma que finalmente se aprobó en 2008— no ayuda mucho a su labor porque deja de lado los cambios que ha habido en la industria desde 1958. (EXCÉLSIOR)

RENÉ AVILÉS FABILA

Es posible anticipar los resultados de cada proceso electoral del PRD: sucios y turbios. Las mafias se golpean entre sí con todo. Los comicios del domingo pasado fueron violentos: jaloneos, insultos, robo de urnas, secuestro de papelería electoral, grupos de choque. Como se esperaba, sin recordar las frases amables que han intercambiado los dos aspirantes a la candidatura presidencial de tal partido, sus más conocidos integrantes chocaron entre sí con violencia y menudearon las acusaciones. Dolores Padierna, secretaria perredista, encabezó las hordas que se lanzaron contra Marcelo Ebrard directamente. Lo señaló como el operador de las dificultades que impidieron que el proceso electoral fuera terso y transparente. Hubo ruidosas protestas donde los bejaranistas le gritaban al jefe de gobierno: “Marcelo, entiende, el PRD no se vende”. (LA CRÓNICA)

PABLO HIRIART

¿De qué hablaron Zambrano y Bejarano para frenar la barbarie en una simple elección de consejeros? ¿Hablaron de civilidad? ¿De proyecto compartido? ¿De fortalecer las estrategias que los unen para atenuar las diferencias? Nada de eso. Hablaron de reparto de posiciones, porque ese es el único lenguaje en que se pueden entender. Tantos cargos para ti y tantos para mí. Lástima, porque en las distintas corrientes perredistas hay personas valiosas, cuya voz se requiere en el debate público porque tienen algo que aportar. Nadie puede regatear el valor político de Acosta Naranjo, Marcelo Ebrard, Jesús Zambrano. Para la llamada izquierda social López Obrador es un activo. Pero como partido, el PRD ya dio de sí. El tercer lugar que les espera en Michoacán va a ser una confirmación más de su obsolescencia. (LA RAZÓN)

JORGE FERNÁNDEZ MENÉNDEZ

Enrique Peña Nieto será, salvo que ocurra algo demasiado extraño, el candidato priista. Es un buen candidato: popular, con presencia y que genera expectativas positivas en la gente. Decir, como algunos creen, que Peña Nieto es meramente un producto televisivo, es una tontería. Por supuesto que Peña tiene detrás suyo una estructura de imagen como no la ha tenido jamás ningún otro aspirante presidencial. También es verdad que sin una estrategia de imagen definida y exitosa no se ganan elecciones. Pero lo que llama profundamente la atención en todo el proceso de crecimiento de Peña (incluido ese punto de inflexión clave en el mismo que fue la designación del candidato para el Estado de México, donde Peña hizo una demostración de pragmatismo e institucionalidad, valorando la militancia y a la nueva generación política del PRI), es sobre todo la forma muy clara en que están llevando las cosas sin cometer errores. (EXCÉLSIOR)