Optimismo y unidad en Egipto

La protesta masiva, convocada en el octavo día de una revuelta popular cada vez más fuerte que reclama la renuncia del presidente egipcio Hosni Mubarak, quien lleva 30 años en el poder, obtuvo buenos resultados.

Los manifestantes, muchos de ellos con banderas egipcias, confluyeron desde muy temprano hacia la Plaza Tahrir (Plaza de la Liberación), epicentro de la revuelta que, según “datos no confirmados” de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ya pudo haber dejado hasta 300 muertos y más de 3.000 heridos.

Miles de personas, incluso, pasaron allí la noche, pese al toque de queda que concluyó a las 8 de la mañana (hora local).

La televisión estatal -controlada estrictamente por el gobierno de Mubarak- llamó hoy a la población a permanecer en casas y evitar lo que podrían ser manifestaciones violentas.

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