Una orca, que fue identificada como J35 por el Centro de Investigación de Ballenas del estado de Washington, atrajo las miradas de cientos de personas alrededor del mundo cuando protagonizó una escena muy conmovedora, que nos hizo pensar, una vez más, que los animales si tienen sentimientos.
J35 dio luz a su cría el pasado 24 de julio, sin embargo su bebé perdió la vida pocos días después; desde entonces, su madre cargó su cadáver encima de su cabeza por más de 17 días, hasta que el sábado pasado decidió regresar con su manada.
Por su parte, el fundador del centro, Ken Balcomb, dijo sentirse aliviado de que la orca haya regresado a su comportamiento habitual.