Oxitocina, la ‘hormona del amor’, en el sexo y en otros momentos cotidianos

La oxitocina, llamada “hormona del amor”, es un neuropéptido, que actúa en el cerebro y en el cuerpo, es la manifestación bioquímica de la intimidad emocional y sexual.

Hasta hace unos años se creía que la oxitocina sólo se generaba durante el sexo y durante el parto, ya que en estos momentos las descargas de “la hormona del amor” son muy poderosas.

La buena noticia es que hoy se sabe que se puede generar diariamente en la vida cotidiana, en actividades que promueven los lazos sociales.

1. La oxitocina, se ha descubierto en estudios, reduce la acción del cortisol, la llamada “hormona del estrés”. Sabemos actualmente que el estrés es el gran enemigo moderno de la salud.

2. La oxitocina nos hace perder el miedo, regulando la acción de la amígdala. Además de reducir el estrés, esto nos permite una mayor socialización –y según el estudio Grant, realizado en Harvard, las relaciones íntimas son el factor más importante para llevar una vida sana y longeva.

3. Para aquellos que buscan generar oxitocina se recomienda tener relaciones sexuales en las que exista una conexión emocional.

4. Ojo NO es indispensable llegar al acto sexual. Los abrazos, las caricias (tocar los pezones de una mujer es especialmente efectivo) y los besos son formas poderosas de producir oxitocina. Los momentos más felices de la vida suelen estar inundados de oxitocina y en su repetición consolidan una vida saludable.

5. Jugar con los hijos, cerrar tratos con un socio, jugar deportes de equipo y otras actividades en las que se comparten momentos íntimos también fomentan la generación de este neuropéptido.

6. Una manera de provocar la producción de la oxitocina a la que podemos recurrir con cierta facilidad es simplemente compartir un secreto o una intimidad con alguien.

En Internet se ofrecen numerosos productos de oxitocina sintética, pero hasta el momento no existen estudios científicos que validen su eficacia. Por lo pronto parece un mejor camino simplemente tener una actitud de empatía y apertura emocional: las llaves para abrir el grifo de la química del amor están dentro de nosotros.

Fuente: Faena.com