Jeff Brasher, quien salió de su casa como todas las mañanas a entregar pan, chocó de frente con una camioneta, la cual era conducida por su propio hijo, Austin.
Ambos murieron a pocas horas de diferencia, después de la colisión, ocurrida en Winfield, Alabama.
El joven se dirigía a su casa y venía en rumbo de una fiesta. Las autoridades reportaron que ni padre, de 50 años, ni hijo, de 22 años, estaban usando el cinturón de seguridad.
Mientras que se sospecha que alguno podría haber estado alcoholizado, aún no se ha confirmado este dato.