Ángel Sánchez y Conchi Marlaska fueron secuestrados el pasado 17 de mayo en Colombia. Estuvieron juntos atados a una cadena.
De pronto, en medio de la oscuridad, Conchi y Ángel no saben lo que está ocurriendo, están asustados, comienzan a gritar “¡somos los españoles, somos los españoles!”, luego de lo cual se escuchan unas palabras que parecen de mentira: “¡Somos del Gaula de la Policía Nacional, ustedes están libres!”
Así terminó el martírio. Durante la conferencia de prensa Ángel le propuso matrimonio a Conchi.
Al finalizar la comparecencia en la residencia del embajador de España en Bogotá pero aún ante los periodistas, Sánchez, de 49 años, aprovechó para declararse a su novia, de 43, con la que tiene una relación desde hace siete años.
“Voy a hacer algo que creí que no iba a hacer nunca, y menos en estas circunstancias, que es pedirle matrimonio. Espero que no me diga que no”, dijo Sánchez.
“Yo estoy vivo gracias a ella, quiero que todo el mundo lo sepa, porque si no me hubiera vuelto loco”.
Luego le pregunta a Conchi, así, como si nada, delante de todo ese mundo:
—¿Te quieres casar conmigo?
Y ella le contesta que sí. Un sí rotundo.
—Es fundamental hacer equipo y sacar toda la fuerza—, agrega Ángel, recordando que ahí, en medio de esa dificultad se dieron cuenta de que ambos están convocados a vivir un destino común.