Pemex tendrá el mismo trato fiscal que las empresas petroleras que inviertan en México: Lozoya Austin

Para Emilio Lozoya Austin la apertura en el sector energético no implica un aumento en los precios de la gasolina o el diesél, como algunos analistas lo prevén, pues, dice, su costo depende de cómo se mueve el precio internacional del petróleo, por lo que no está en manos de Pemex fijar una tarifa para estos combustibles.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el titular de la paraestatal comenta que a Pemex se le dará el mismo trato fiscal que a cualquier otra empresa petrolera que venga a invertir a México, lo que implicará crear un nuevo modelo de impuestos para esta empresa, que ponga “la cancha pareja” y le permita competir en igualdad de circunstancias con otras firmas.

Sobre el que las empresas extranjeras se vean obligadas a echar mano de personal sindicalizado de Pemex, Emilio Lozoya aseguró que le corresponde a cada compañía definir cómo operará su organización.

Aquí parte de la entrevista:

La transformación de Pemex a empresa productiva del Estado, ¿garantiza que sea eficiente, ágil y transparente?

Se garantiza con dirección de empresa, liderazgo de las distintas áreas, tanto en la explotación y producción como en transformación industrial y, sin duda, es un tema de compromiso del dueño de la empresa, que es el Estado, que le pida a la administración que dé resultados. Una forma de garantizarlo es como cualquier dueño, estar atrás de los resultados y exigir cuentas.

¿Cuándo se alcance esta transformación Pemex saldrá del presupuesto del Estado?

Falta ver cómo quedan los detalles en las leyes secundarias, pero en principio la autonomía presupuestal que queda plasmada a nivel constitucional implica una salida de las finanzas públicas de Pemex de la administración federal. Eso no implica que no siga siendo una empresa estatal; sin embargo, creo que la filosofía de la reforma está perfilada hacia una actitud en la cual el gobierno se comportará más como dueño que como fiscalizador, y al comportarse más como dueño está más orientado a la generación de valor, a la reinversión y, por lo tanto, a incrementar la renta petrolera.

¿Es decir, que se descarta la inyección capital del erario, para pasar a un modelo de generación propia de su operación?

Es correcto.

¿Qué cambios se darán al interior de Pemex para fortalecerla?

Debemos modernizar la estructura corporativa para hacerla más eficiente, ágil y transparente. Una estructura como la tienen las grandes empresas internacionales. Hoy en día contamos con cuatro subsidiarias: Exploración y Producción, Refinación, Petroquímica y Gas y Petroquímica Básica. Cada una de ellas tiene un área de recursos humanos, una de finanzas y una legal. Esta situación origina duplicidad de funciones, mayores costos y dificulta la coordinación operativa.

Entonces, se plantea que en el próximo año transitemos hacia una estructura más moderna que contemple sólo dos organismos: uno dedicado a exploración y producción, y el otro a la transformación industrial; es decir, este proceso dividiría claramente las ramas de upstream y downstream.

¿Cuánto tardará el cambio?

Debe ser un proceso gradual de transición que abarcará 2014 y quizá parte de 2015, debido al gran tamaño de la empresa, con 150 mil trabajadores. Además, hay que considerar que cada subsidiaria posee numerosos activos. Por ejemplo, tenemos una red de 80 mil kilómetros de ductos a lo largo y ancho del país; algunos son operados por Exploración y Producción, otros por Refinación y otros más por Gas. Lo que buscamos es tener una sola estructura unificada que tenga un mandato claro para el manejo de la red.

Este cambio nos tomará varios meses, pero estamos comprometidos con esta transformación.

¿En este cambio cómo quedará la situación de los trabajadores?

La reforma constitucional establece claramente, en su artículo 2º. Transitorio, que los derechos laborales de los trabajadores de Petróleos Mexicanos serán respetados íntegramente. Una parte importante de la reforma otorga a Pemex autonomía presupuestal y de gestión, con lo que se podrán establecer programas para desarrollar las capacidades de los trabajadores y además retener a nuestros mejores talentos.

Ese segundo transitorio señala que la relación entre Pemex y el sindicato no se altera. Al darse el salto a empresa productiva del Estado.

¿Esto no le resta competitividad a la petrolera?

Primero, creemos que es importante respetar los derechos laborales adquiridos; segundo, lo mejor que tiene Pemex es su capital humano. Por eso también estamos muy satisfechos con algunos de los cambios que se nos han dotado como es la flexibilidad de compensación; esta es una industria internacional en la cual la competencia no sólo es por plataformas, barcos y yacimientos, la mayor competencia se da por capital humano. La relación con el sindicato continuará tal como está.

Luego de su salida del Consejo de Administración, Romero Deschamps, el líder sindical, dijo que va a ser más crítico en la implementación de esta reforma.

Algunos analistas coinciden que el fin al subsidio a las gasolinas junto con la apertura podría llevar a un incremento en éstas de hasta 50%. ¿Está de acuerdo?

No creo que esta apertura tenga un impacto en el precio de la gasolina y del diésel, pues éste depende del precio internacional del petróleo y es de acuerdo con su fluctuación como se ajusta el precio en nuestro país. Es una variable absolutamente fuera del control de Petróleos Mexicanos.

La definición del modelo de contrato para que compañías privadas participen en la extracción y producción de hidrocarburos depende de la ley secundaria.

¿Sin ley secundaria se tiene reforma?

En ciertas partes de la cadena de valor hay algunas consideraciones claras que una vez aprobada la reforma constitucional. Pemex ya cuenta con ciertas flexibilidades. Sin duda, ya la pura reforma constitucional le da a la empresa una gran certeza hacia el futuro.

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