Peña Nieto pide una apertura comercial más intensa entre México y Brasil

El presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, se entrevistó con la jefa de Estado de Brasil, Dilma Rousseff, a quien le pidió apoyo para desarrollar planes de combate a la pobreza sobre la base de la “exitosa experiencia brasileña”.

Peña Nieto dijo a periodistas que le planteó a Rousseff “algunas peticiones”, en el sentido de “recoger la experiencia de éxito de Brasil” en áreas de desarrollo social, que han permitido sacar de la pobreza a cerca de 30 millones de personas en una década.

“Queremos apoyar a aquellos que más lo precisan”, declaró el presidente electo sobre el acento social que desea imprimirle al Gobierno que asumirá el próximo 1 de diciembre, y apuntó el “caso brasileño” como un ejemplo a ser imitado.

Según datos oficiales, en México existen cerca de 50 millones de personas que viven en la pobreza, cifra equivalente a cerca del 46 por ciento de la población, a las que Peña Nieto dijo que pretende apoyar mediante programas de distribución de renta y generación de empleo como los que se aplican en Brasil.

También indicó que conversó con Rousseff sobre la posibilidad de establecer una mayor cooperación en el área de educación y manifestó su interés en el programa “Ciencia sin Fronteras”, mediante el cual el Gobierno brasileño otorgará becas a unos 100.000 jóvenes a fin de que cursen estudios en las 100 mejores universidades del mundo.

Peña Nieto se entrevistó con Rousseff en el Palacio presidencial de Planalto, al que llegó acompañado por una delegación integrada por unas quince personas.

Tras la reunión, que duró aproximadamente una hora, el presidente electo hizo unas breves declaraciones a periodistas y luego tenía previsto viajar hacia Chile, tercera escala de una gira que incluirá visitas a Argentina y Perú y que ya le ha llevado a Guatemala y Colombia.

Este miércoles, Peña Nieto visitó la ciudad de Sao Paulo, donde se entrevistó con autoridades locales y de la influyente Federación de Empresas del Estado de Sao Paulo (Fiesp).

En esa ciudad, considerada el corazón industrial y financiero de Brasil, Peña Nieto manifestó su voluntad de “superar” los “temores” y la “rivalidad” con este país y abogó por una mayor integración entre las dos mayores economías de América Latina, mediante una apertura comercial más intensa.