Un escándalo se ha desatado en la televisión de España, luego que una exitosa periodista, Ana Rosa Quintana, quedara imputada por haber obligado – según la justicia española – a una mujer con una deficiencia mental a confesar el asesinato de una niña, cometido por su esposo.
El caso Mari luz, como fue denominado por la prensa española, ocurrió a comienzos de 2008 en Huelva, Andalucía. La pequeña estuvo 54 días desaparecida, hasta que apareció su cadáver, en un río. Todas las sospechas recayeron sobre Santiago del Valle – con varias causas por pedofilía –, una hermana de este y su esposa, Isabel García.
Luego de negar durante estos años la culpabilidad de su marido, Isabel acusó a su esposo del crimen en el programa que lleva el nombre de la conductora imputada. Por la imágenes, la jueza que investiga el hecho, considera que la presentadora, y varios de sus colaboradores, coaccionaron a la mujer, que llegó a cumplir condena por el mismo caso y estuvo a punto de perder el conocimiento durante la entrevista.
La gravedad del cargo que se le imputa a la periodista vuelve a plantear una duda, que excede las fronteras españolas e incumbe a las televisiones y medios actuales, a nivel internacional: ¿cuál es el límite ético, moral y, en este caso, legal que se debe tener presente a la hora de lograr mayor audiencia?
Fuente: Público