¡Qué perro!
Un pequeño lomito casi la causa un infarto a su dueña, quién por un momento pensó lo peor.
Resulta que el pequeño perro, se comió una pitaya y se puso a dormir, cuando su dueña lo vió tirado, lleno de color rojo, pensó que lo habían asesinado. Pero NO el canino solo había disfrutado de su pitaya.