La inteligencia estadounidense se está inclinando hacia la teoría de que el piloto y el copiloto del Boeing 777 de Malaysia Airlines del que no se sabe nada desde hace más de una semana son de algún modo responsables de la desaparición del avión.
Luego de varios días de incógnita, se ha llegado a la conclusión que el avión de la aerolínea Malaysia Airlines, que llevaba a bordo 239 personas, y que desapareció tras volar más de 7 horas, fue secuestrado por uno de los pilotos o alguien con experiencia.
Un funcionario malasio quien participa en las investigaciones (que habló a condición de no ser identificado, porque no estaba autorizado a dar información a los medios de comunicación) destacó que el secuestro ya no es una teoría, es algo definitivo.
Asimismo, dijo que no se ha establecido el motivo y no está claro a dónde llevaron la aeronave.
Fuentes cercanas a la pesquisa dijeron al The New York Times que el aparato se elevó hasta 13 mil 700 metros, muy por encima del límite permitido para un Boeing.
En tanto, las señales de radar registradas por la marina de Malasia mostraron que luego el aparato descendió de manera irregular hasta 7 mil metros cuando se encontraba cerca de Penang, isla muy poblada. Luego, la aeronave recuperó altitud y cambió curso hacia el noroestre, en dirección al océano Índico.
El Pentágono cree que la aeronave permaneció volando muchas horas después de conocerse su desaparición.
El primer ministro de Malasia, Najib Razak, reorientó este sábado hacia el océano Indico la búsqueda del avión desaparecido con 239 personas a bordo tras confirmar que alguien cambió el rumbo del Boeing 777, aunque rehusó hablar de secuestro.
En una rueda de prensa, Razak explicó que alguien desconectó los sistemas de comunicación del aparato de Malaysia Airlines e hizo que el avión cambiase de rumbo hacia el oeste y volase durante cinco horas.
Robarse el Boeing 777 de Malaysian Airlines en pleno vuelo requeriría de un piloto que supiera cómo eludir la detección de radares civiles y militares. También haría falta una pista de al menos kilómetro y medio (una milla) de largo donde aterrizar, posiblemente a oscuras, y un hangar lo suficientemente grande para ocultar la aeronave. Todo ello sin ser visto.
A pesar de todo, no es imposible, dicen los expertos.
La teoría del secuestro del avión parecía descartarse hace unos días, cuando las autoridades desdeñaron cualquier vínculo entre el terrorismo y dos pasajeros que viajaban con pasaportes falsos.
Una semana después de la desaparición del vuelo 370, sigue siendo un misterio lo que pudiera haberle pasado.