Con el fenómeno Obama en redes sociales, era de esperarse que los actores políticos de todo el mundo siguieran con la tendencia. México no es la excepción. Cada vez son más raros los funcionarios que no tienen un perfil en Facebook o una cuenta de Twitter. Como en todo, hay algunos que lo hacen mejor que otros, y los resultados varían.
Quien le ha apostado fuerte a los medios por Internet es el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. Aunque no tiene cuenta de Twitter, ha logrado reunir más de 350 mil personas en su página de Facebook y actualmente es el más popular en ese medio.
Ahora, completa la estrategia abriendo un sitio de internet propio, una especia de blog, para, como dice él mismo, “ampliar el diálogo con todos ustedes”.
Lo que llama la atención es que en el ciberespacio, Peña Nieto lleva la ventaja indiscutible sobre cualquier otro. Ya sea porque no se han dado cuenta, porque no le dan importancia, o porque no entienden este medio, sus adversarios y competidores lo han dejado llevar la delantera.
La política se hace ahora en Internet – hasta Felipe Calderón le da cada vez más importancia a su cuenta de Twitter – y quienes no lo sepan utilizar están en una clara desventaja. Por el contrario, lo que hasta ahora lo han sabido aprovechar, le apuestan a llegar a un grupo de electores que ve la política de manera completamente distinta, y virtual.