“Por ella soy Eva” cumplió: entretener al público de principio a fin

Con un sabor agradable, “Por ella soy Eva” llegará a su final este próximo domingo. Y digo agradable porque, a pesar de que se trata de una adaptación de otra telenovela colombiana — “En los tacones de Eva” —, en esta producción sí supieron hacer bien su trabajo.

La productora Rosy Ocampo logró que el público soltara una que otra carcajada con algunas de las desventuras que pasó Eva para evitar que descubrieran su verdadera identidad, pero, al mismo tiempo, tocó con seriedad el tema del machismo.

Jaime Camil realizó, quizá, su mejor actuación hasta el momento y nos regaló a un personaje entrañable como lo fue Juan Carlos Caballero, aquel mujeriego que por amor, y para demostrar su inocencia, se convirtió en la robusta, pero delicada Eva María León Jaramillo, viuda de Zuloaga.

Camil nos mostró a un hombre que aprendió de sus errores, a un verdadero patán que tuvo que ponerse los tacones de Eva para entender a las mujeres y eliminar su machismo. Y, sobre todo, logró vencer el morbo que siempre antecede a este tipo de personajes.

En esta ocasión, no vimos a una Lucero que se la pasara llorando como en muchas de sus telenovelas, situación que se agradece. Interpretó a Helena, una madre soltera que estaba en busca del amor, pero también de su realización profesional, situación a la que se enfrentan millones de mujeres en la actualidad.

“Por ella soy Eva” contó con las excelentes actuaciones de Marcelo Córdoba, Mariana Seoane, Carlos de la Mota, Dalilah Polanco, Tiaré Scanda, Pablo Valentín, Patricia Navidad, Cristina Pastor, Luis Manuel Ávila y los primerísimos actores Jesús Ochoa, Helena Rojo, Carlos Bracho, Manuel Ojeda y Leticia Perdigón.

La telenovela siempre se mantuvo ágil y demostró que hasta en las segundas versiones hay clases, pues este melodrama estuvo muy bien adaptado y siguió fielmente la trama original que se transmitió en 2007 en la televisión colombiana.

“Por ella soy Eva” logró su cometido: entretener a su público de principio a fin y le hizo pasar un rato agradable, placeres que son tan necesarios en épocas tan difíciles como las que se viven.