Una buena amistad ofrece muchos motivos para ser feliz. No tan solo es el hecho de compartir la fiesta, el antro, o las aventuras; hay investigaciones que demuestran que la amistad “promueve la aceptación personal de la singularidad de cada uno, lo cual contribuye a la felicidad individual”.
Según estudio publicado en la revista Journal of Happiness Studies. Nuestros amigos nos hacen felices porque nos hacen sentir únicos y valiosos.
La conclusión es más importante para la comunidad científica de lo que parece. Otros trabajos anteriores “abordaron la singularidad como el reflejo de los rasgos que distinguen a uno de los demás mientras apuntaban que podría representar un factor de riesgo para el bienestar psicológico del individuo”, dice el artículo.
Los investigadores han llegado a la idea opuesta tras estudiar la experiencia de casi 2,500 estudiantes divididos en tres grupos. Estadísticamente, la sensación de singularidad resultó ser el mediador más significativo entre la amistad y la felicidad individual.
Claro que el concepto de felicidad es muy subjetivo, una dificultad que los investigadores salvaron midiendo la felicidad de cada uno de los tres grupos con escalas distintas. Para su alegría, los resultados fueron los mismos en los tres casos.
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