Los asiduos al gimnasio sabrán que enero es la época en la que tienen que soportar a los nuevos clientes tratar de cumplir su “propósito” más importante del año, bajar de peso. Pero no por eso deja de ser un infierno el gimnasio y para muestra los siguientes puntos:
Cuando te das cuenta que tu cajón de estacionamiento está ocupado… espera, ¡Todos están ocupados!
Cuando finalmente encuentras un lugar, comienzas a ver como entran en manada gente… y más gente… y más gente al gym.
No te puedes mover porque de tan lleno que está, te cae sudor de la señora con sobrepeso que según ella está haciendo aerobics en un banco, o te escupe el fisicoculturista gritón que hace ruidos raros en cada repetición.
Dejan sudados… ¡Todos los aparatos!
El tener que esperar a una persona que no tiene la más remota idea de qué está haciendo…
Y tú con cara de…
Los “nuevos” empiezan a romper el equipo que no saben usar.
La gente comienza a inventar ejercicios que no podrás quitar de tu cabeza jamás…
Verás por doquier a personas tomándose selfies para postear en sus redes sociales “Año nuevo, Vida Nueva” #Gym
Te reventará en la m$%&e ver este tipo de anuncios:
Cuando te vayas a bañar, tu piel tocará por accidente la del señor que se pasea desnudo de 80 años… ¡Odiarás que no quepa ni un alfiler más en el vestidor!
Morirás esperando turno en las regaderas…
Una vez que pudiste entrar a una, intentas procesar todos los cuerpos flácidos y desnudos que tus ojos acaban de ver…
Calma, es solo un mes.. En Febrero el gimnasio se verá así.
Fuente: Buzzfeed