Una pregunta que he escuchado de manera frecuente cuando la tasa del dólar frente al peso aumenta, aun cuando la moneda estadounidense se debilita ante otras divisas como el Euro, es por qué esa devaluación del dólar no ocurre también frente al peso.
Para contestar a esto es necesario tener en cuenta cómo es que los mercados fijan las tasas de cambio y qué regulación gubernamental se realiza sobre ellas.
La explicación a esta incógnita descansa en el hecho de que la tasa de cambio es el resultado de la existencia del comercio internacional entre diferentes países que poseen diferentes monedas.
Es decir que si una empresa mexicana desea vender a un cliente estadounidense desea cobrar en pesos, por lo que el cliente extranjero generará una demanda de pesos mexicanos para utilizarlos como medio de pago al productor mexicano.
El mercado de divisas es donde se determina esta paridad y en México es vigilado por el Banco de México que aplica una regulación de libre flotación.
Esto significa que la actuación del gobierno en el control del tipo de cambio se limita a supervisar el libre flujo de intercambios y sólo participa con la compra o venta de divisas en caso de una crisis repentina.
El juego de la oferta y la demanda y los desequilibrios de la balanza de pagos se corrigen automáticamente por la depreciación o la apreciación del tipo de cambio.
Para los economistas es clave para comprender los fenómenos del tipo de cambio conocer los conceptos de la balanza de pagos y la balanza comercial, que no son otra cosa que la contabilización de todos los intercambios financieros y comerciales de un país con el exterior.
De esta manera, como las balanza de pagos y comercial ente México y Estados Unidos muestran la dependencia de México con el vecino país, los desequilibrios de su moneda tienen un efecto devaluatorio para el peso.
De tal manera que a pesar de que el dólar estadounidense se abarate ante otras divisas y su economía entre en recesión, en México tiene una repercusión directa debido a que con un menor comercio de Estados Unidos con nuestro país comienza a aumentar la demanda de dólares y por lo tanto, el peso se devalúa aún más
Los efectos de una devaluación nos afectan de diferentes maneras.
Por el lado del consumo, los bienes extranjeros o producidos en el país con componentes importados se encarecen.
Por el lado del comercio exterior, el abaratamiento del peso puede dar lugar a un incremento de nuestras exportaciones, pero por otro lado limitar la importación de componentes de los productos del país. Por tanto, la tasa de cambio tiene efectos en la balanza comercial.
Para los viajeros nacionales que visitan el exterior significa un menor poder de compra.
La oferta laboral del país y las condiciones laborales también pueden ser influidas por el grado de competitividad internacional y los niveles del tipo de cambio del país.
Quizá el efecto más preocupante del incremento en el tipo de cambio son las presiones inflacionarias por el encarecimiento de los bienes importados ya sea al consumidor directo o al productor nacional,
En reacción a la inflación, actual o esperada, el Banco Central puede aumentar las tasas de interés, generando presiones recesivas que dificultan el otorgamiento de créditos y por lo tanto el crecimiento de la economía.
Ésta es la manera en que el desenvolvimiento del tipo de cambio puede afectarnos y del porqué los economistas y analistas financieros tenemos siempre un ojo puesto sobre este indicador.
Gráfica que muestra la tendencia del déficit comercial de México y las fluctuaciones cambiarias del peso mexicano respecto al dólar, y de este respecto al euro.
Foto: Remesas México
